Destino, ¿Casualidades O Señales?

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Se estaba arreglando, tenía todo en orden, su camisa dentro del pantalón, su cinturón, su camisa perfectamente abrochada, una corbata negra de uniforme bien puesta, solo la chaqueta la llevaría en la mano, mas tarde haría frio, solo eran principios de otoño, no se congelaría por ir así nada más.

Se miro al espejo sonriente una última vez, no se había arreglado el cabello, le gustaba desordenado, sus rojos rebeldes siempre daban buena impresión, no se veía nada mal en lo absoluto, y combinaban muy bien a sus fríos ojos, los cuales aprendió a usar desde ya hace tiempo.

Agarro su mochila de color negro, dentro llevaba todo lo necesario y salió de su cuarto con una gran sonrisa. Bajo las escaleras dando vuelta para entrar en la cocina donde su madre ya estaba sentada y tomaba una taza de café, aunque parecía ida a sus ojos…

Miraba aquella taza como lo más interesante del mundo. Tenía muchas imágenes en su cabeza, muchas de las cuales eran de aquel pasado que por mucho quiso olvidar y ahora quería solucionar. Aquel apellido que jamás podría olvidar y esas personas que llego a odiar con todo su ser cuando pensó que le abandonaron y que ahora se odiaba a ella misma por haberles odiado cuando el realidad ellos le amaban tanto como ella a ellos.

Sus padres…

Aquellos que nunca quisieron dejarle sola, aquellos que le quisieron hasta en su muerte, aquellos que le habían dejado todo a ella y que se le arrebato injustamente, todo por culpa de su abuela, por culpa de la familia de su padre, los Seidou.

¿Cómo se había enterado de tanto en un solo día?

Solo una palabra podía explicarle el que aquel hombre de cabellos platas supiera tanto de ella…

"Sobrina"

¡Mamá! –Escucho el grito del pequeño quien le saco de sus pensamientos, realmente fue un grito bastante elevado, pero por la mueca del pequeño se dio cuenta de que al parecer, la había estado llamando hacia un buen rato-

lo siento Satoshi, estaba distraída –sonrió nerviosa al verse descubierta atrapada en sus pensamientos por el pequeño que le veía de forma preocupante-

A diferencia de él, ella sabía muy bien que no podía mentirle a su hijo, los ojos de él se bloqueaban con una gélida capa de frialdad cuando se sentía triste, tenía ganas de llorar, estaba confundido o no quería que nadie lo notara, el no se dejaba ver vulnerable por nadie. Sin embargo, ella no podía ser así, sus ojos siempre eran muy expresivos y raramente podía ocultarles algo a las personas.

Sobre todo a ese par de ojos negros que nunca perdían su atención de ella.

madre –llamo con preocupación a la pelirrosa quien intento sonreír para él como de costumbre, sabía que solo era un niño y eso le molestaba muchas veces al no poder ayudar a su mamá-

En otras simplemente… era lo mejor

no te preocupes hijo, solo estaba pensando –era cierto pensaba, en que su vida cambio muy de prisa en tan solo unos días-

Hace dos días ella era Sakura Haruno, debiéndole su apellido a aquella mujer que le cuido como una madre cuando estuvo en el orfanato hasta que cuando esta cumplió 18 años se fue y la dejo. Aun así, Tayuya, seguía yendo a verla y murió trágicamente en aquel incendio donde ella abandono ese lugar.

En busca del Primogénito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora