Mañas Genéticas

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Aquella cuidad era demasiado grande en comparación al lugar de donde provenían. Miraba todo con sumo interés, todo era demasiado nuevo para él. En cambio ella veía todo con cierta nostalgia, algo podía recordar de aquella cuidad, mas sus recuerdos estaban bloqueados, no podía ver con nitidez aquellas cosas que vivió a los cuatro años que fue cuando abandono la capital, mas el destino le trajo de vuelta. Todo era tan diferente, había cambiado tanto, no necesitaba los detalles para poder decirlo.

Tres días no bastaban para ver todo, mas en aquel tiempo no perdían oportunidad de conocer lo mas que podían de su nueva cuidad, el destino que ahora recorrían se llamaba el mercado. Buscaban y buscaban cosas, un bolso lleno de ellas es lo que cargaba la pelirrosa, en donde no había nada más que cosas para su pequeño pelirrojo, lápices, cuadernos, ropa escolar y demás era lo que contenían aquellos paquetes.

¿Qué sigue de la lista? –Pregunto la pelirrosa mirando al pequeño pelirrojo leyendo atentamente el trozo de papel que llevaba en su mano derecha, porque la izquierda ella la tenía tomada-

pinturas y pinceles –leyó hábilmente el muchacho mirando a la ojijade quien sonreía- mamá, tengo calor –expreso el pequeño a modo de petición de descanso y de algo frio para aliviar aquel agobiante calor-

¿quieres un helado? –Pregunto con diversión la mujer de cabello rosa sabiendo la inmediata respuesta de su pequeño-

hmp, sabes que no me gusta lo dulce Sakura –se quejo el pequeño cruzándose de brazos molesto, él hablaba en serio y su mamá se daba el lujo de burlarse de sus gustos poco habituales para un niño-

oye ya calma ese humor, ¿de dónde sacaste esa personalidad tan agria? –pregunto con los ojos entrecerrados la pelirrosa, sabía que cuando el pequeño le llamaba por su nombre era porque estaba verdaderamente molesto o fastidiado-

¿Qué voy a saber yo?, de mi padre tal vez –expreso con sus ojos entrecerrados el pequeño mirando a la pelirrosa quien le miraba con una gota en la cabeza-

buen punto –expreso con algo de diversión y comprensión la ojijade mirando la actitud que a veces tomaba su pequeño- a veces se me olvida que no es hijo mío biológicamente –suspiro con derrota la pelirrosa, ella hacia lo posible para que ese pequeño actuara de manera más dulce, pero ni ella podía luchar contra la sangre-

OoOoOoO

¡achu! –se escucho estornudar a cierto personaje, no a cualquiera, sino que a un tipo de cabellos negros y ojos igual de oscuros-

¿ahora te resfriaras teme? –pregunto con burla el amigo de este sonriendo de oreja a oreja, no perdía momento para burlarse del Uchiha, pero cambio su actitud enseguida al sobarse la cabeza por un tremendo golpe que recibió en esa zona por cortesía del azabache-

Destino…

Casualidad…

Son dos cosas que se llevan muy bien a veces, sobre todo cuando quieren burlarse un poco de la gente haciéndola vivir cosas más importantes de las que creen.

Como con cierto azabache…

Casualmente, en el mismo mercado vemos a un pelinegro caminando entre las tiendas, pero este no iba solo, la razón de su estancia en aquel lugar era acompañar a su rubio amigo, la razón, la petición de este por su compañía al no saber que decidir por sí mismo referente a un tema.

En busca del Primogénito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora