Madre Hay Una Sola

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Tenía varias bolsas en las manos

Suspiro

No le agradaba nada ir a hacer las compras, pero no se quejaba, despues de todo, su madre con cuatro de embarazo no podia cargar cosas pesadas, menos podia salir y dejar a sus hermanitos solos.

Volvió a suspirar

El maldito semáforo estaba en rojo hace una completa eternidad

Por fin dio el verde, vio a su idiota amigo rubio desde el otro lado de la calle acompañado de su hermanita, parece que les toco la misma mision de ir a hacer compras. La mano de Minato se alzo llamando su atencion para que fuera con ellos.

Podía demorar unos minutos más para ir con ellos, no llevaba mucha prisa

Puso un pie en la calle para comenzar a cruzarla, el semaforo aun estaba en verde asi que su paso era tranquilo.

Apresúrate

El sonido de llantas a gran velocidad llamo la atencion de todos, sobre todo porque ese vehiculo de vidrios polarisados iba directamente al pelirrojo quien se quedo estatico mirando ese automovil rojo aproximándose a él.

En menos de un segundo escucho el grito de Minako, los pasos apresurados de Minato corriendo hasta donde él estaba, las miradas de la gente horrorizada, y cuando ya había sido impactado y choco contra el parabrisas de el vehículo, un segundo antes de entrar al estado de shock e inconsciencia, distinguir a quien le había impactado

Solo vio los labios de esta moverse junto a una sadica sonrisa y fue todo…

OoOoOoO

Desperto de la nada, reconocia que estaba sudado, su pulso no era normal en lo absoluto. Al parecer no habia alcansado a gritar ya que sus padres no estaban allí aun.

¿Por qué?

¿Por qué tenía otra vez esos sueños?

Eran muy comunes, recurrentes y hasta diarios en algunas épocas

Sintió sobre su cara un liquido que no era precisamente sudor, al colocar una de sus manos en su cara distinguió que eran lagrimas

Estaba asustado, demasiado asustado, tanto que su respiración aun era agitada, sobre todo al recordar las últimas palabras de quien le arrollo

"Yo también cumplo mis promesas"

Pero… ¿Qué promesa era de la que hablaba?

¿Qué me está pasando?, ¿Por qué tengo estos sueños? –se pregunto el pelirrojo apretando el cobertor de su cama sumamente alterado-

Miro el reloj que estaba junto a su cama sobre un mueble de noche, este marcaba las tres de la mañana.

Siempre era esa la hora en que despertaba

Él antes, de pequeño, soñaba que concia a su padre y con las manos gentiles de su madre, ambas se cumplieron, dando paso a la etapa mas de feliz de su vida.

En busca del Primogénito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora