Epílogo

1.1K 67 10
                                    

¡Termine!–exclamo feliz la pequeña de ahora 10 años colocándose de pie desde la silla del escritorio de su hermano y levantando su cuaderno con una hermosa sonrisa-

espero que hayas entendido, sino, puedo explicártelo de nuevo–ofreció el pelirrojo quien sabia que a su hermanita a pesar de ser bastante inteligente, como a todo niño habían cosas que le costaba entender de la escuela, sobre todo cuando avanzas en los grados-

no, intentare hacer el resto yo sola, no quiero interrumpir mas tus estudios de la universidad–sonrió de manera dulce la pequeña pelirrosa de ojos negros con agradecimiento para su hermano, sabia lo muy ocupado que estaba en sus estudios y aun así siempre podía contar con él-

está bien, pero si necesitas ayuda sabes que puedes pedírmela–dijo Satoshi con una enorme sonrisa a su hermanita, después de todo para él jamás fue molestia ayudarle a estudiar-

¡Mikoto! ¡Itachi!–Escucharon el tremendo grito de la pelirrosa madre de ambos sacándole una tremenda gota a ambos al escuchar aquel rugido de furia-

¿crees que mamá ya se dio cuenta de que Mikoto e Itachi estaban usando la ropa, zapatos y maquillaje de ambos para jugar a que eran adultos?–pregunto Hana al haber escuchado ese grito y luego los pasos acelerados de su madre corriendo por el pasillo, seguramente, en busca de a quienes llamo-

yo creo que si…-suspiro Satoshi llevándose una mano a la frente y negando con la cabeza resignado a que sus pequeños hermanitos jamás entenderían lo de no hacer enojar a su madre- adelante –respondió con voz neutra al escuchar tres golpes suaves en la puerta de su habitación-

chicos, ¿de casualidad han visto a esos dos pequeños demonios ambulantes?–pregunto la pelirrosa con una hermosa sonrisa y muchas venitas en su cabeza, venitas que también adornaban sus puños junto al tic nervioso que había aparecido en sus dos cejas-

no mami, Satoshi me estaba ayudando con unos problemas de matemáticas que no entendía–negó con nerviosismo la pelirrosa menor pensando en que esa sonrisa era la más falsa que alguna vez logro ver en alguien en lo que llevaba de vida-

y yo estoy terminando unos encargos que Temaru me mando para el festival de esta noche en la universidad –termino de explicar Satoshi cruzándose de brazos aun en su asiento de escritorio-

siendo el caso, los dejo tranquilos chicos –volvió a hablar en tono calmo y con una hermosa sonrisa la pelirrosa dándole la espalda a sus hijos mayores, suspirando y de nuevo tomando aire- ¡Salgan de donde estén niños!–volvió a gritar con tono de furia y llamas rodeándole, logrando que a ambos chicos se les helara la sangre de solo pensar en lo que su madre le haría a sus pobres dos hermanitos-

¿Qué le paso a mami?–pregunto un pequeño de cabellos y ojos negros apareciendo en la puerta mientras caminaba arrastrando un hermoso conejo blanco dándole todo el aspecto e inocencia que un niño de cuatro años demostraba-

es algo bipolar, no te preocupes Yusuke–sonrió la hermana pelirrosa de este dejándole poco menos que con el signo de interrogación en la cabeza-

¿bipolar?–pregunto aun desde la puerta el pequeño llevándose un dedo a la boca intentando entender lo que su hermana le decía-

quiere decir que es normal en mamá actuar de esa forma, sobre todo cuando estropean sus cosas, por eso tu jamás le desobedezcas–advirtió con una hermosa y a la vez nerviosa sonrisa la pequeña pelirrosa abrazando con un escalofrió su cuaderno a sabiendas de lo frenética que su madre era cuando se enojaba-

En busca del Primogénito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora