Casi, Casi

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Desabrochaba aquella blusa con desespero. Apenas vio abierto dos botones la hizo a un lado dejando descubierto el hombro de la pelirrosa y comenzó a lamer desde su cuello hasta su hombro mientras sus manos seguían la labor de desabrochar la blusa de esa mujer.

No era todo, se excitaba a cada momento con solo tocarla, solo con sentir el roce de su cuerpo con el de ella era la gloria y eso que aun estaban con ropa, la cual pronto ya no les serviría y quedaría tirada en el suelo.

Beso su boca nuevamente, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho en ese rato. Las manos de esa pelirrosa se posaron en su pecho y le empujo levemente haciendo que él cayera de sentón en la cama que estaba tras ellos.

Sonrió de medio lado al ver como ella misma se terminaba de desabrochar la blusa y muy sensualmente la dejaba caer por sus brazos. La observaba comiéndosela con la mirada, ahora solo aquel brazier de color negro cubría su busto, deseaba tocarlo, lamer sus pezones, morderlos con sus dientes hasta hacerla gemir su nombre.

Intento alcanzar con sus manos el broche de aquel brazier pero frunció el ceño al sentir como la pelirrosa le tomaba las manos y las volvía hasta los costados de su cuerpo sonriendo burlona y negando luego con un dedo de su mano levantado.

Vio un travieso brillo en los ojos de ella, quedo atónito, pero se asombro mas cuando la vio agacharse entre sus piernas y comenzó a masajear su zona más sensible aun por sobre su ropa haciendo que soltara un ronco gemido de sorpresa por el placer que aquello le provocaba.

Siguió con su mano masajeando sobre la ropa, pronto acerco su boca y comenzó a pasar su lengua aun por sobre ella, sentía como la saliva de su lengua se filtrara por entre las telas de su pantalón y su bóxer hasta llegar peligrosa y placenteramente a la piel de su erección.

La respiración se le dificultaba con cada una de sus caricias, sobre todo cada vez que miraba los ojos incitantes de aquella mujer mirándole con deseo y diversión, lo tenía a su merced y lo increíble era que no le importaba mientras que ella siguiera haciendo lo que le hacía.

Con sus dientes tomo la cremallera de su pantalón y lo bajo lentamente, como toda una experta y luego sin siquiera bajar sus bóxers o desabrochar por completo su pantalón, saco su miembro con una de sus manos.

Apretó delicada y excitantemente su miembro en su vientre y comenzó a pasar su lengua a todo lo que daba el largo de su excitación, primera una, luego dos, y varias veces, hasta que pronto sintió como se lo llevo a la boca como había pasado en la mayoría de sus sueños.

No aguantaba el ritmo que ella llevaba, sentía palpitar su pene mientras esta aumentaba la velocidad metiéndoselo y sacándolo de su boca, chupándolo cada vez más rápido. Tomo del cabello a esa mujer hundiendo mas su excitación en ella al momento de soltar un solo ronco gemido y dejarse liberar completamente justo en la boca de ella.

Le soltó dejando que esta se enderezara, tenia de ese líquido suyo escurriendo por ambas comisuras de sus labios, cosa que lo volvió a excitar con solo verla. Sonrió de medio lado al ver como ella se limpiaba con dos dedos ese liquido y luego se los metía a la boca mirándole incitantemente, lo estaba seduciendo completamente.

No, lo estaba excitando completamente.

Era hora de cambiar los papeles, tomo los brazos de la pelirrosa y la jalo hasta la cama dejándola recostada boca abajo, cosa que la sorprendió ya que no se espero ese movimiento en ningún momento.

En busca del Primogénito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora