EL REENCUENTRO

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Tras haber hablado con Blaz este comenzó a presentar a las personas del escondite secreto. Su esposa Zelinda Müller quien era una mujer muy guapa de cabellos cortos y rizados color miel de religión Judía, había tenido 2 hermosos gemelos con el, Derek y Lancelot de 4 años y una joven adolescente de 18 años llamada Leyna la cual pertenecía a su antigüo matrimonio de Zelinda; y a pesar de ello Blaz la quería como una hija. Ellos vivían secretamente pero muy cómodos a comparación de otras personas que igual se escondían en lugares reducidos. Al ser la casa grande el lugar donde se ocultaban podía caber tres camas, la cocina, el comedor, y un par de sillones pequeños. Para ir al baño era necesario salir del escondite cuidadosamente procurando que las persianas de la recámara estuvieran cerradas para cruzar al baño de este. No había ningún peligro o sospecha, pues había una buena excusa << Tener que cerrar las persianas al cambiarse de ropa >>.

Mientras tanto, Heidi tuvo la tarea de preparar a su nueva amiga Amelia ante su presentación con los Nazis lo cual no fue nada fácil.

- La Gestapo son un grupo de policías, su función es la de investigar y combatir «todas las tendencias peligrosas para el Estado». Tiene  autoridad para investigar los casos de traición, espionaje y sabotaje, además de los casos de ataques criminales al NSDAP y al Estado. Junto a las SS " El terror de Europa" también ayudan al estado,ellos son militares que han causado en el pueblo judio terror y mientras que en las personas de sangre aria causa admiración y adoración. Según Hitler los judíos son un estorbo y deben ser eliminados de Alemania.

- ¡Que horror! Entiendo perfectamente lo que dices pero sigo sin entender, ¿Por qué mi padre trabaja para Adolf Hitler sabiendo que el tío es Judío?

- Adolf Hitler no sabe que Blaz es Judío, mucho menos Edward.- respondió Heidi-. Tu tío Blaz conoció a Zelinda en 1935, el no es de esa religión pero ella si pertenece, y a pesar de todas las dificultades que esto causaría tuvieron que casarse en en secreto para no arruinar la relación que Edward tenía con Hitler. En 1938 nacieron sus dos hijos y decidió cuidarlos como fuera posible.

- Por un momento creí que mi sangre era Judía.

- Y si lo fuera, ¿Harías un rechazo?

- No para nada, con tal de seguir siendo feliz.

Heidi comenzó a mostrarle la propaganda Nazi para estar informada y pudó comprender que la palabra Antisemita significaba mucho para los militares de las SS.

22 de Septiembre de 1942

Amelia estaba más que lista para hablar con su padre y los suyos. La calle estaba repleta de militares marchando al ritmo de su himno Nazi ¡Die Fahne Hoch! ('La bandera en alto').  Ella estaba completamente sola  y comenzó a caminar hacía su padre que miraba seriamente la marcha.

- Disculpe. ¿Usted es Edward Müller?- preguntó mostrando la fotografía que colgaba su collar mientras sus ojos comenzaban a brillar debido a las lágrimas.

- A..me.. ¿AMELIA!? - Edward no dudó en saber que era su hija y se acercó a ella dándole un abrazo fuerte.

-¡PAPÁ!! - exclamaba de alegría -. ¡Estuve esperando este momento con ansias!!.

-Amelia, no puedo creer que seas tú, ¡mírate! Cuánto has crecido y lo hermosa que te has vuelto!.

- Quiero conocer todo de ti, dónde vives , cuál es tu trabajo, tus amigos , quiero aprender mucho de mi padre.

Edward muy amable accedió en todo lo que ella pedía, le dió un paseo por la ciudad, comieron juntos en un café, la llevó a su casa y al trabajo.

¡Vaya que sorpresa recibió!

-Buenas tardes jefe, ¡Heil Hitler! - decían algunos militares presentes.

-¡Heil Hitler! - contestaron.

-¿¿Jefe?? - preguntó Amelia dudosa.

-Si Amelia. Soy jefe de las SS ( Reichsführer-SS); Adolf Hitler está orgulloso de mi trabajo y mañana por la noche prepararé una cena por tu bienvenida. ¿Qué dices?

- ¡Si! Me gusta la idea - dijo confundida pues saber que su padre era el jefe del terror de las SS la ponía desanimada.

-¿Segura? No pareces convencida, si no quieres la cena de mañana no la haremos.

- No, no es eso padre. Me gustaría estar en la cena, solo que ya es tarde para estar afuera, debo ir a casa.

Edward llevó a su hija a la casa de Heidi y se despidió de ella con un beso en la frente lo cual causó una linda sonrisa en su rostro apagado.

AMELIA MÜLLER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora