Heidi y su hermano Kai comenzaba a tener buenas ganancias por su trabajo en la cafetería, Amelia se había unido a ellos cómo mesera y por su belleza los jóvenes de Múnich solían visitar el lugar. Pasaron meses de trabajo para mantener nutridos al tío Blaz y a su familia. Por otro lado, Jude recuperaba su salud y estaba más que agradecido por toda la suerte que se le había brindado.
25 de Diciembre de 1942
La Navidad había llegado, la Gestapo y las SS se reunían para la cena navideña; se le podía ver muy agusto platicando con Adolf Hitler que se había convertido en el terror de Amelia por haber intentado abusar de ella.
- Se puede saber; ¿Por qué no has saludado al führer?- preguntó Edward al ver el distanciamiento qué mostraba su hija.
- Si te dijera qué tengo miedo al contacto físico, ¿Me creerías? - respondió Amelia.
- Dices aquello cómo si alguien te hubiera hechó daño.- decía Edward para comentar enseguida -. Se rumora qué el militar Hoffmann duerme en casa de Heidi por las noches, ¿Me puedes explicar qué sucede?
Para su mala suerte Johann se acercaba a ellos invitando a Amelia una copa de vino.
- Hoffmann no es buen momento - dijo la joven pidiendo que se fuera.
-No Johann. Esté es un buen momento para aclarar mi duda.- decía Edward dirigiéndose al militar-. ¿Por qué usted está en casa de Heidi a ciertas horas de la noche?, ¡Contesta! , ¿Qué pretende hacerle a mi hija y a su amiga?
-Nada jefe. Nunca he tenido esas intenciones con Heidi, mucho menos con su hija - respondía con seriedad.
- Me puede explicar; ¿¡Qué hace en esa casa a esas horas!!? - volvió a preguntar con voz firme.
Hoffmann estaba a punto de hablar pero intervino Amelia.
- Johann Hoffmann y yo estamos saliendo. Somos novios.
- Ahora entiendo todo; pero eso no responde el ¿Por qué tienes miedo al contacto físico?
-Ella no tiene miedo.- decía Hoffmann -. Estoy celoso, y no quiero que el führer o alguien de mis compañeros la toquen.
- ¡Es una exageración!.- comenzó a dar carcajadas y agregó para finalizar -. Negarle el saludo al führer por unos simples celos. Es estúpido. Así qué te pido que jamás vuelva a decirle a mi hija lo qué debe hacer, mucho menos impedirle el saludo a su excelencia.
- Lo siento. Lo qué estoy haciendo es estúpido.
- Mejor vé cambiando esa forma de ser porqué me decepcionas.
Trás marcharse del lugar, Amelia le dió las gracias a Hoffmann por haberla ayudado, pero sus palabras tendría consecuencias, pues no tenían de otra qué fingir un romance entre los dos.
Estando todos juntos en el comedor, Edward brindó por el romance de su hija lo cual ocasionó en el führer un disgusto, pero sabía cómo controlar sus emociones así qué alzó la copa, se puso de pie, sonrió y brindó por la felicidad del militar y de la joven. "Por el futuro de la raza aria".
15 de Enero de 1943
El año había acabado finalmente, aquél había sido un año muy pesado para Amelia, al tener que dejar a su vieja familia, hogar, país, momentos que jamás pudieron realizarse; pero ninguno le afectó emocionalmente cómo el dejar a su antigüo amor. Agustín Valdés que podía haber sido más qué un romance primerizo.
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AMELIA MÜLLER
Historical FictionAmelia Müller, de sangre alemana y mexicana toma un viaje arriesgado hasta el continente Europeo para llegar a Múnich, Alemania donde conoce a su tío Blaz, qué junto a su familia y un judío polaco se esconden en una casa, para no ser llevados a un c...