AUSCHWITZ

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Los golpes eran muy agresivos cómo intentando tirar la puerta de la casa acompañado de voces que decían:
"¡alle aus dem Haus!" ( Todos fuera de la casa).  Aquellas personas eran nada  más y nada menos que La Gestapo qué habían recibido información sobre Judíos escondidos.
En aquél momento Blaz abrazó fuertemente a sus hijos diciendo que iban a estar bien. Zelinda con lágrimas en los ojos empacaba sus cosas. Leyna miraba a Hoffmann asustada, y de Amelia, ella abrazaba a Jude con miedo en su rostro.

- Lo siento Señor Müller, hice lo que se pudo - dijo Heidi dirigiéndose a abrir la puerta.

Y cuando está la abrió, fue arrestada, y los policías tiraban muebles, y sillas de la casa hasta llegar al escondite.

- Jude; ¡Bésame! - exclamaba Amelia -. ¡Bésame Jude!

La Gestapo había localizado el escondite, y agresivamente obligó a los demás a salir de la casa con sus pertenencias.

- ¡Mamá a dónde nos llevan!?- preguntaba uno de los gemelos.

- Vamos a estar bien, vamos a estar bien- respondió Blaz calmando a su hijo con el nudo en la garganta y lágrimas en las mejillas.

Hoffmann qué había sido el último en subir al auto de la Gestapo se declaró cómplice cuando éstos intentaron salvarlo

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Hoffmann qué había sido el último en subir al auto de la Gestapo se declaró cómplice cuando éstos intentaron salvarlo.

- ¡Estás enfermo!; Personas cómo tú son llevados a Cámaras de gas por criminales.

- ¡Noo! - exclamaba Leyna -. El no es ningún criminal.

Estando todos abordo del automóvil de la Gestapo, toda esperanza y felicidad qué aún permanecía en sus vidas había sido arrebatada. Todo estaba perdido. Nada había qué les detuviera su cruel destino.

Al bajar del automóvil de la Gestapo fueron obligados junto con otras personas a subir al tren qué los llevaría a Auschwitz. Aquél estaba lleno de Judíos qué apenas podía caber el señor Blaz y sus hijos.

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Cuando todos estuvieron adentro del tren, comenzó su camino, siendo una de las tardes más tristes de aquellos que estaban adentro

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Cuando todos estuvieron adentro del tren, comenzó su camino, siendo una de las tardes más tristes de aquellos que estaban adentro. Era oscuro en algunas partes dónde no había una pequeña ventanilla qué mostraba en dónde se dirigían. Para suerte de Amelia, ella estaba cerca de una con la compañía de Jude, al cuál no soltaba del brazo.

Pasaron un largo y duro viaje, el olor de los bebés por sus necesidades se hacía intenso, al igual que sus gritos y sudor de los pasajeros. Habían algunos qué con los mareos les provocaba vómito y lo peor de los casos era no poder salir de allí.

Las personas se quejaban y el sonido de sus estómagos hambrientos solían escucharse. La mayoría lloraban en silencio, mientras qué otros discutían.
El ambiente era estresante y así se mantuvo toda la noche.

20 de febrero de 1943

Habían llegado a Auschwitz aquella mañana calurosa, no podían ver a ningún guardia acercarse para abrir el tren. Pasaban las horas y las preguntas sobre su llegada comenzaban.

- ¿¡Qué día es hoy!? - preguntó Hoffmann en voz alta.

- Hoy es Sábado 20 de Febrero- respondió un pasajero.

- ¡¡ Demonios !!! - Exclamó enojado.

- ¿¡ Qué sucede !? - preguntó Blaz.

- Ellos toman los sábados y domingos para divertirse. Sólo algunos cuidan el campo de concentración.

- ¿¡Y qué ellos no pueden abrirnos!? - decía Leyna desesperada.

- Lamento que no. Ellos disfrutan vernos aquí encerrados.

Así fué, los guardias bajo dosis de alcohol se burlaban de los judíos qué habían llegado, y qué no se les había abierto. En esa madrugada uno de ellos se acercó al tren burlándose cruelmente de los judíos.

- No lo escuches hijo.- Le decía una mujer a su hijo.

Fué finalmente hasta el Lunes alrededor de las 3:20 am cuando fueron liberados del tren brutalmente. Separando a madres de sus hijos recién nacidos, hombres de mujeres y niños de niñas.

Jude quién abrazaba con todas sus fuerzas a Amelia se resistió a no ser separado de ella. Pero fue absurdo, los guardias pudieron separarlos.

- ¡¡Noooooo!!.- exclamaba Amelia con lágrimas -. ¡¡¡No me quiten a mi amor!!, ¡¡ él es lo único qué tengo!!! ¡Judeeeee!!!! ¡No jude!.

Todos se había llenado de gritos y lágrimas en el ambiente.

Blaz y Zelinda habían sido empujados al suelo mientras se llevaban a sus hijos:

- ¡¡Papá!!; ¡¡ No quiero qué me lleven!! - suplicaban los pequeños.

- ¡Lancelot, debes hacerles caso!, ¡No tengas miedo! ¡Van a construir el avión de tus sueños! - decía su padre en el suelo.

- ¡PAPÁ! - seguían exclamando.

En aquél instante cuando Blaz se dispuso a besar por última vez a su amada, fue arrebatada de sus brazos mandándola al lado de las mujeres.

Se hicieron filas para entrar a Auschwitz

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Se hicieron filas para entrar a Auschwitz. En la entrada colgaba un cartel con el lema Arbeit macht frei («El trabajo libera»), con que las fuerzas de las SS recibían a los deportados.

Judíos, polacos, comunistas, gitanos, prisioneros de guerra etc.. habían sido  marcados en una parte del brazo en esa misma madrugada, para poder así diferenciarlos con dichos números.
Las mujeres quienes fueron las primeras víctimas, tuvieron qué quitarse la ropa y todo lo que tuvieran puesto,dejando su cuerpo desnudo para poder quitarle el cabello que estás tenían, y así poder usarlo cómo abono en las futuras tareas de trabajo en el campo.

AMELIA MÜLLER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora