El Plan

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°°° YENNETH °°°

Milton y yo estábamos almorzando cuando Melisa me llamó diciendo que estaba en el hospital. Durante el camino allá llamé al instituto para avisar que Melisa se ha ausentado por asuntos médicos, pero es ella quien debe entregar una excusa médica. Sin embargo, esto los mantendrá un poco tranquilos al saber que no se ausenta porque quiere.

- ¿Qué crees que le haya pasado? - Pregunta Milton, me observa constantemente mientras conduce.

- No sé, no sé me ocurre nada. Trato de no pensar lo peor, ayer no supe de qué quería hablar.

°°° °°° °°°

Cuando llegamos a su cuarto en el hospital, Francisco me recibió con un abrazo, le presenté a Milton y dejó que pasara un momento a ver a Melisa. Mientras tanto le hablé de que él y Melisa se conocen para que no se sienta incómodo con Milton y traté de consolarlo - ¿Qué pasó?

- Ella se cayó de las escaleras. El piso estaba muy resbaloso y cayó.

- Que alivio que no haya sido algo peor - Me siento aliviada de que no fuera tan grave, Francisco es muy protector y seguro ella no está tan mal.

- ¿Por qué lo dices?

- Es que me llamó anoche...

- Yenneth, creo que lo imaginaste - Me interrumpe Milton, acaba de salir del cuarto de Melisa - estuve toda la noche contigo y nunca recibiste alguna llamada.

- No, recuerdo que estábamos en la clínica y tú me dijiste que Melisa me necesitaba, hasta fuimos a su conjunto, pero el vigilante no nos dejó pasar y entonces...

- No, estuvimos toda la madrugada recogiendo la oficina de Brayan, seguro los calmantes que te dieron en la clínica te confundieron - Dice. Estaba a punto de contestar, pero él puso su mano en mi hombro y asentí.

- Creo que me sigue doliendo la cabeza. Ya regreso - Digo para alejarme. Francisco solo asiente.

- Te acompaño - Dice Milton a mi espalda.

°°°

- ¿Por qué lo niegas todo? Estoy segura que no imaginé nada.

- Yenneth - Se acerca a mí y mira la esquina del pasillo - No creo que Melisa se haya caído de las escaleras, la vi. Tú, tú estás entera, ella está demasiado golpeada.

- Pero las escaleras de su casa son más largas y elevadas, pudo haberse hecho más daño que yo.

- Solo espera a verla y sabrás de lo que te hablo.

- ¿Qué me estás queriendo decir?

- No quiero decirlo, quiero que Melisa lo diga.

Me llevo la mano al cuello, siento un nudo en la garganta inmediatamente y se pone peor cuando regreso a ver a Francisco, ni siquiera lo sé, es como si mi corazón ya lo sintiera.

Entro al cuarto de Melisa y parece muerta, muy maltratada.

- ¿Melisa? - Toco su hombro y no responde - ¡Ni siquiera está consciente! - Mis lágrimas caen, entonces veo varios flashes de luz - ¿Qué haces?

- Es evidencia de su maltrato hacia ella, no está consciente para hacerlo ella misma...

- ¡No puede ser! No, Francisco no es ese tipo de hombre – Me niego a creerlo. Milton pasa de un lado a otro de la camilla tomando un vídeo. Toma fotos de su carta médica al pie de la camilla y guarda su celular rápido cuando Francisco entra al cuarto.

- ¿Todo bien aquí?

- Sí - Digo aun de espaldas a la puerta tratando de limpiar mis lágrimas discretamente.

EL UNO PARA EL OTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora