Ausencia y Decesperación

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■■■ MILTÓN ■■■

He estado teniendo varias sesiones con una doctora para poder vocalizar mejor y poco a poco hacer uso de mi voz. Mi voz está intacta, no percibo cambios en el timbre de mi voz, pero no podría saber si sería irritante para mí al final del día después de hablar por horas y tener múltiples conversaciones porque sigo evitando hablar todo lo posible.

Como una persona acostumbrada a usar su voz, a veces se me hace difícil no hacerlo, sobretodo en situaciones en las cuales tengo que discutir. No me refiero a gritar sino al mero hecho de sentir que me estoy haciendo entender a pesar de estar familiarizado con la lengua de señas.

- ¡No puedes simplemente denunciar al centro! - Trato de que Charon me haga caso, pero está terca como una cabra - ¡No tiene sentido lo que piensas hacer!

- Ya veremos si mi abogada dice lo mismo – Dice refiriéndose a la abogada de la familia, Amalfi.

- No lo puedo creer – Susurro para mí mismo.

- Ella es abogada, a diferencia de ti – Me observa con desprecio - un simple arquitecto.

- Esto es demasiado ridículo – Signo y lo digo con mi voz.

- ¡Pero que agradable es escuchar tu voz! – Sonríe irónicamente – Ojalá hubieras dicho algo para apoyarme – Dice antes de irse.

Decido respirar profundo y dejar de pensar en eso. Me pongo al día con los planos de los edificios que se construirán en el extranjero. Un compañero de trabajo consiguió el contrato para la compañía hace semanas y estoy emocionado, porque este proyecto representa una escala a nivel internacional para todos.

- ¿Qué estás haciendo? - Escucho la voz de Charon a mi espalda.

- Pensé que te habías ido hace horas – Digo con mi voz puesto que tengo las manos ocupadas - Sabes que cuando estoy aquí es porque tengo trabajo que hacer – Ella se detiene y comienza a caminar hacia mí un poco más lento - ¿Llamaste a Amalfi?

- Dijo que en el peor de los casos el centro nos haría ver como incompetentes para estar al cuidado de Aurora.

Me doy cuenta de lo frustrada que está cuando cruza los brazos, me levanto y le doy un abrazo - Charon.

- ¿Sí?

- ¿Aurora sí es hija de Marcos? - Se queda en silencio y me observa confundida.

- ¿Por qué me preguntas eso? Tu mamá, ella está diciendo rumores sobre mí ¿Verdad? – Dice mientras la observo. Dejo de abrazarla.

- No creas las cosas que te dice Erika, sabes que es una bruja.

- No Charon, contesta la pregunta.

- Sí, sí es tu sobrina ¡por Dios!

■■■

Cada fin de semana voy por Aurora. La mayoría de veces la llevo conmigo a casa, pero esta vez decidió quedarse el fin de semana en el instituto.

Le llevo yogurt con cereales y mi cámara instantánea para tomar fotos. Me pidió que le hiciera una bitácora de sus días como estudiante de internado para recordarlo cuando tenga mi edad; sabe que a veces paso horas mirando fotografías de años atrás.

A veces se ve algo triste, no puede evitar ser tan expresiva. Le pregunto y me contesta con un "no te preocupes" pero no puedo evitar culparme por lo que pasó.

- ¿Qué quieres que te regale para tu cumpleaños?

- ¡Pero si falta casi un año! - Me sonríe.

- Quince años son una edad muy especial, ya puedes tomar decisiones importantes.

EL UNO PARA EL OTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora