Un peliplomo se encontraba en el campo de entrenamiento junto a su equipo, como todos los días.
Después de todo ese lugar siempre iba a ser su punto de encuentro.
Por la mañana se había olvidado de que tenía al menor Uzumaki en su casa, y que si no fuera por este se habría quedado dormido.
FLASHBACK
-Oiga sensei-abriendo uno de sus ojos pudo ver como el rubio lo zarandeaba-vamos a llegar tarde, seguro el equipo nos está esperando-terminó de decir el rubio para luego poner una mueca de enfado.
Kakashi sólo observaba lo tierno que se veía su rubio con los mofletes inflados, mientras decía cosas por lo bajo, sin que éste lo notara. No sabe cómo pero se volvió a dormir.
-Sensei, ya est...¡¿PERO QUE MIERDA?! ¡¿COMO PUEDE SEGUIR DURMIENDO?!-dijo un rubio dejando ver que había perdido la paciencia-si no despierta por las buenas, despertará por las malas.
El Hatake sólo recuerda haber abierto sus ojitos para ver mejor lo que pasaba y al rato encontrarse con la escena de que el rubio se estaba lanzando sobre él para despertarlo, y por supuesto que logró su cometido. El peliplata se había levantado abruptamente luego de recibir el cuerpo de Naruto sobre su estómago.
*Lo que me espera* se decía mentalmente un peliplata que caminaba tranquilamente mientras seguía a un rubio emocionado *se parece tanto a Minato sensei después de todo, pero tiene la hermosura de Kushina* fue su último pensamiento mientras una sonrisita se asomaba a sus labios.
FIN DEL FLASHBACK
Y ahí se encontraba él, dirigiéndose a la torre del Hokage en compañía del equipo 7 para su próxima misión. Lo único diferente de esto es que su rubio iba adelante en compañía de los otros dos miembros y él atrás, perdido en su mundo.
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Al llegar se le hizo raro ver un escuadrón ANBU junto a Izumo y Kotetsu, y es por eso que le había dado la orden a su equipo de quedarse un rato afuera mientras él averiguaba qué era lo que pasaba.
Tocó la puerta, no una ni dos, sino tres veces mientras esperaba con su característica tranquilidad a que se le permitiese entrar. Esta vez sí tuvo que esperar para oír un "ADELANTE" desde el interior de la habitación.
-Kakashi, un gusto volver a verte-había dicho el anciano que ahora ocupaba el lugar del Yondaime-¿en qué puedo ayudarte?.
-Sarutobi sensei, digo lo mismo-el peliplomo estaba estudiando todo el movimiento de papeles que había en el interior de la oficina, después de todo el Yondaime no era muy responsable que digamos-venía por la siguiente misión del equipo 7.
-Aah si, si, sobre eso-el anciano se levantaba de su silla para posarse en frente del ventanal que daba una vista reducida de la aldea-perdón por no avisar antes pero como verás estamos con un pequeño atraso de lo que misiones e informes se trata, así que hoy tienen el día libre-pensando que eso fue todo, el peliplata se dirigía a la salida sin antes detenerse ante el llamado del anciano-quiero que mañana se presenten antes del amanecer en las puertas de la aldea, Kotetsu los estará esperando con su nueva misión.
Al Hatake le bastó con un "Hai" para poder retirarse. Al salir se dirigió donde su equipo lo esperaba para comentarles sobre los cambios de planes que hubieron y la misión del otro día.
-Sensei, ¿está todo bien?-se escucharon esas palabras que provenían de la boca del rubio.
-¿Mhn? ¡Ah! si, todo bien. Les tengo que comentar algo-y así lo hizo, les comentó todo lo que le había dicho el viejo-y es por eso que hoy tenemos día libre-dijo culminando la charla.
Cada miembro tomó su camino, después de todo seguía siendo de mañana.
-Oye Naru, ¿qué piensas hacer ahora?-había dicho el peliplata mientras se rascaba la nuca.
Por otro lado se podía notar a un rubio con un leve sonrojo por el apodo. Sonrojo que el Hatake no pasó por alto, dejando así asomar una traviesa sonrisa. Llegó a la conclusión que esos dos meses se la pasaría sonriendo como bobo enamorado, y sí, después de todo terminó aclarando su cabeza y se dio cuenta que el pequeño rubio le atraía. Aunque de pequeño no tenía nada, después de todo Naruto se estaba pegando un estirón y su cuerpo iba tomando forma de un adolescente, pero claro, eso apenas se llegaba a notar. En más, sí se notaba pero sólo si te le quedabas viendo como ahora él lo estaba haciendo, todo bajo la mirada del rubio, SU rubio.
-Me gustaría ir a almorzar a Ichiraku-dijo un rubio todo sonrojado por las miradas de su sensei, miradas únicas que lo ponían nervioso y, a la vez, le gustaba.
-Y a mí me gustaría llevarte al cine por la tarde-el peliplata estaba sonrojado tal como tomate, preguntándose por qué había dicho eso precipitadamente.
-El cine está cerrado, ya sabes, por el tema de que esta semana se encuentra la feria abierta-uno se encontraba más sonrojado que el otro y la situación de por sí no ayudaba.
-Entonces vamos a la feria más tarde, yo invito ambas salidas-el peliplata tomó rumbo a Ichiraku siendo seguido por un rubio.
Ambos caminaban a la par del otro y demasiado cerca. El mayor de vez en cuando le lanzaba miradas indiscretas al rubio, quien las percibía sonrojado pero siguiéndole el juego al mayor.
-No es necesario que pague el almuerzo, lo puedo hacer yo-mencionó el rubio viendo que ya estaban por llegar al local-después de todo tendrá que gastar en la feria, que no es nada barata por lo que he oído.
-No tienes por qué preocuparte, la próxima invitas tú-el rubio dirigió la mirada al mayor después lo mencionado y, oh, pésima idea, ya que este le guiñó un ojo haciéndole sonrojar ferozmente. Se estaba preguntando seriamente si desmayarse ahí, en medio de la calle y en pleno luz del día.
Al entrar al local, el olor del ramen recién hecho inundaba sus fosas nasales, haciendo que se olvidara por un momento lo que recién había sucedido. Ambos tomaron asiento y pidieron lo suyo, mientras esperaban tocaron el tema sobre el viaje de los padres del rubio pero no fueron más allá de "¿no sabes nada de ellos?" seguido de un "aún no pero antes de irse me dejaron la llave de nuestra casa, por si algo pasara o necesitara, ya sabes".
Al ver sus platos frente a ellos se dieron el provecho. Comían en silencio pero de vez en cuando los dos interceptaban sus miradas y las mantenían, luego se percataban del enorme sonrojo que aparecía en la cara de ambos y desviaban las miradas pero nunca deteniendo ese juego.
El peliplata al ver el quinto plato del rubio cayó en la cuenta de por qué éste se ofreció a pagar el almuerzo pero no dijo nada, después de todo el dinero no era problema mientras y cuando esté pasando un hermoso rato con su rubio.
Y así transcurrió lo que venía a ser mediodía y siesta. Luego de comer, el rubio le preguntó al Hatake si podían ir a su departamento para darse un baño y descansar un rato para la tarde, a lo que el peliplata no negó.
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Cuando llegaron al departamento del peliplata, el menor se dirigió al cuarto donde buscó una muda de ropa para descansar y toallas para luego meterse a la ducha. El mayor se dirigió al cuarto más tarde, y que éste había esperado a que el rubio entrase. No era un día caluroso, por ende sólo se cambió de ropa para acostarse un rato.
Mientras el mayor conseguía el sueño, un pequeño rubio estaba cerrando el grifo para salir. Cuando ya se había secado para vestirse en el mismo baño se percató de que la muda de ropa que había agarrado era sucia, así que no le quedó otra que enrollarse la toalla por la cintura y dirigirse al cuarto. Antes de salir se aseguró de que el mayor se encontrara durmiendo, y al verlo tranquilo en la cama, descansando, salió.
Ya encontrándose en el armario había agarrado lo principal: un bóxer con un short. Mientras se colocaba la última prenda pudo sentir como alguien se movía en la cama, dándose la vuelta en silencio y con calma pudo notar cómo un peliplata se encontraba semidespierto observándolo en silencio.
-Perdón, no quise despertarte-el rubio puso una mueca de disgusto, pues nunca fue su intención el despertar al mayor.
-No te preocupes, no pasa nada-le dedicó uno de sus ojitos felices, uno que el rubio había sentido especial-después de todo es lindo despertar con una vista como esa-el Hatake lo había dicho en un susurro, como para sí mismo pero que el rubio llegó a oír, para luego volver a dormir con una sonrisa en su cara.
El rubio se terminó de vestir para luego acostarse, no tuvo que esperar a conseguir el sueño ya que ni bien tocó la cama se quedó dormido.
Eran las seis de la tarde y un peliplomo se estaba despertando, al girar suavemente por la cama se encontró con una escena demasiado tierna para su gusto. Su rubio se encontraba durmiendo plácidamente mientras abrazaba una almohada.
*Ojalá ser la almohada* se dijo el Hatake mientras veía embobado la escena. Tan hermoso se veía el menor durmiendo que no resistió las ganas de acariciarlo, y eso hizo. Empezó por las hebras doradas para luego terminar en su mejilla, remarcando suavemente esos bigotes característicos del rubio que lo hacían lucir más adorable. Quitó rápidamente su mano al ver que Naruto se removía debajo de las sábanas y recibió un sonido de queja por parte del menor por la falta repentina de caricias.
-Naru, es hora de levantarse así tendremos más tiempo de recorrer la feria-vio como el menor se iba despertando, frotando sus ojitos tal como niño pequeño.
-Ya voy, ya voy-el rubio respondió con una voz ronca y adormilada haciendo que el Hatake se aguantara las ganas de lanzarse encima de él y besarlo.
-Okey, no te tardes mucho-y así Kakashi empezó a vestirse, poniéndose esta vez una ropa más informal y casual para pasar la tarde, lo mismo hizo el rubio por su lado.
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Llegaron a la feria cerca de las siete. Se dieron cuenta que era un lindo horario ya que no había mucha gente rodeándolos y podían pasearse por los puestos con tranquilidad.
-Naru-llamó el peliplomo haciendo que el Uzumaki se sonrojara levemente-oye, si sigues haciendo eso provocarás que te bese-al terminar la frase quedó con la mirada fija en la del Uzumaki.
-¿Qué...qué dijiste?-dijo el rubio todo avergonzado, haciendo el intento de no sonrojarse más aún.
-Dije que me gustaría pasar por ese puesto, ¿qué te parece?-el menor dirigió su mirada al puesto del que el mayor hablaba y era uno de esos donde te ganabas un peluche.
-Sí, no tengo problema-dijo tratando de ocultar sus nervios.
Ambos se dirigieron al puesto y llegando a éste el rubio pudo visualizar un peluche que le encantó. Era de un zorrito con nueves colas, de tamaño medio pero no le dijo nada a Kakashi, aunque no fue necesario que éste le dijera nada, el mayor había visto cuál era su punto fijo.
Ya teniendo las entradas para el juego, Kakashi estaba preparado para hacer su primer tiro, el cual había fallado. Naruto se había ofrecido para hacer el siguiente y el mayor con gusto le dio el lugar. También había fallado. El Hatake volvió a tomar el lugar, no sin antes preguntarle a Naruto, y siendo el último tiro acertó.
-Buen tiro joven, ¿qué peluche quieres llevarte?-el peliplata no pensó dos veces y eligió el del pequeño zorro.
-Ten, un regalo-le dijo al rubio entregándole el peluche-espero te guste.
Unos brillos se asomaron por los ojos del menor siendo captados por el mayor, quien se encontraba embobado con esa mirada océano profunda. El menor al darse cuenta de eso se sonrojó recordando las palabras del mayor antes dichas "si sigues haciendo eso provocarás que te bese" y solamente así logró calmarse.
-Ven, acompáñame-le había dicho el peliplata-vamos a un lugar más privado, ¿te parece?-el rubio sólo respondió con un asentimiento siguiendo al mayor, quien por cierto caminaba despacio, como queriendo estar a la par de él.
Logrando su cometido, el peliplata quedó a la par del rubio. Estaban yendo por un sendero tranquilo y es que en éste no se encontraba nadie. Bajo la luz de luna se encontraban ambos caminando, miradas discretas por el rubio y roces de manos "accidentales" por el peliplomo. Se dirigían a las cabezas de los Hokage y al llegar eligieron uno en particular. Al llegar al lugar se sentaron sobre la cabeza del Yondaime visualizando la aldea en silencio. Y es que era una vista hermosa, los puestos eran iluminados gracias a las linternas volantes que fueron colocadas sobre los puestos como en toda la aldea. Ningún faro encendido, todo era hermosamente iluminado por esas linternas.
El rubio no pudo evitar sonrojarse al sentir la mano del mayor encima de la suya, acariciándola.
El mayor, por otro lado, estaba guardando la imagen que tenía delante de él, un rubio sonrojado iluminado por la luz de la luna que a su vez hacía contraste con las luces que otorgaban las linternas.
El rubio, tomando valor, volteó su rostro para quedar cara a cara con el mayor provocando un sonrojo más notorio en él. Inconscientemente apretó el agarre de las manos para luego ser él quien le acariciaba la mano del mayor.
Kakashi no resistió más y lo cargó sobre su regazo, el rubio quedó sin entender nada. El peliplata notando el fuerte sonrojo del menor y cómo éste se mordía los labios decidió bajar su máscara de una maldita vez para luego susurrar un "¿acaso no te dije que no hagas eso?". El rubio tiempo no tuve para procesar en lo que se había metido ya que sintió los labios del peliplata sobre los suyos, tímidos de ser rechazados pero eso no pasó, ya que el rubio le correspondió con ganas el beso. Así estuvieron unos minutos, minutos que para ellos fueron horas, hasta que decidieron separarse. Ambos estaban con la respiración entrecortada, haciendo un esfuerzo de regularla mientras se miraban intensamente.
El peliplomo acariciaba con una dulzura inexplicable las hebras doradas con una mano y con la otra sus mejillas, remarcando con sus dedos esos minis bigotes.
El rubio enredó una de su mano en la cabellera plateada del mayor y con la otra acariciaba con ternura el cuello de este.
Ambos mirándose fijamente, ambos sonrojados, ambos con la respiración un poco más regulada, ambos anhelando otro beso.
Pero decidieron dejar de anhelar ese beso y hacerlo realidad. Y sin vacilar más unieron sus labios, en un beso lento pero que expresaba un millón de cosas.
Y una de ellas era sin duda alguna las ganas de ambos por repetir ese beso en futuras noches.
Mientras tanto, en un costado se encontraba el precioso peluche que el astro lunar le había regalado a su astro sol.
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¡Hola! ¿Cómo están? Quiero disculpar la tardanza para actualizar pero, ¡ahora tendré más tiempo de hacerlo!
Quiero disculparme si llega a ver algún error, este cap lo hice desde la compu, al igual que disculpen si fue muy pronto el beso pero es que, LITERALMENTE, esa escena surgió de la nada y dejé que mis manos hagan lo suyo.
Quiero decirles algo y espero no me maten pero en esta historia Naruto tendría mas o menos el aspecto que tiene en Shippuden.
Espero estén disfrutando la lectura y si mañana no tengo ningún inconveniente estaría subiendo los otros caps.
Una vez más gracias por el apoyo que la misma recibe y el que me ofrecen.
Lxs quiero un montón...
°Sasoriisperfect°
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Sentimientos encontrados by CS. (Fanfic: KakaNaru)
FanfictionQuién diría que un ex anbu, entrenado para no sentir ni demostrar sentimiento alguno, terminaría enamorado del hijo de su ex sensei y cuarto Hokage. ¿Por qué siente esto? Siendo que se encargó del muchacho desde que era bebé y aún así nunca sintió...