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Ese día se supone tenían clases, se suponía. 

Ella arqueo su espalda y apretó tan fuerte su interior que hizo que el arrancar subiera el tono de sus interrumpidos gruñidos, lo tenía loco y abrumado con tantas sensaciones.

Ulquiorra le besó la frente antes de clavarse antes de eyacular su ultima descarga. 

—¿Cuántas veces lo hemos hecho?— pregunto Inoue tratando de mover las piernas y sentarse en el desastre de cama. 

—Que importa eso— dijo Ulquiorra ronco, él podía seguir y sorprendentemente la mujer con él también. Las insinuaciones de Grimmjow de hace años ahora tenían tanto sentido, en verdad parece que si se encerraba por días en la habitación de la humana en las noches, sin darle tregua. — Ya amaneció. 

Inoue se largo a reír, eso lo dijo hace dos rondas atrás. Ella se sobre salto y comenzó a gemir, el moreno había desaparecido tras la tapas de la cama, había visto que le dieron ganas de lamer, Inoue enredo sus dedos en los cabellos oscuros de esté, estaba tan delicada ahí abajo y el arrancar estaba saboreando la sin dejar un solo punto sensible sin molestar. Introdujo su lengua hasta que ella dejo de estremecerse, la mordió en el interior del muslo hasta que recordó la mordida del cuello dejándolo de hacer de inmediato, Inoue se había quedado dormida.

Cuando los rayos de sol dejaron de entrar por la ventana, Inoue se incorporó con ambos brazos estirados. —¡Las clases! ¡auch!— unas punzadas la detuvieron seguido y una mano pálida la trajo de nuevo a la cama. 

—Ya nos saltamos dos bloques. 

En otras palabras ya estaban muy atrasados para precipitarse a la universidad. Inoue se volteó y vio a Ulquiorra enterrado en la almohada bocabajo cuando suele dormir profundamente, ella sonrió y de pronto le rugió la tripa, se sonrojo y se cubrió con las sabanas como si estás fueran insonoras. 

—Iré yo ¿qué se te antoja?

Ella solo asomo los ojos por sobre las sabanas, estaba sentado en la cama, aún sin volver a su gigai, parecía muy cómodo, Inoue estiro su mano. —Pueden estar los chicos en pie— le advirtió que se vistiera, ya no vivían solos. Algo de molestia se notó muy sutil en su rostro. 

—Sabes cuando se van a ir. 

Inoue levanto los hombros no lo sabía, pero se rió por las preocupaciones del arrancar. 

—Pareces disfrutar mi frustración— le sonrió de vuelta. —Te traeré un analgésico. 

Nuevamente con la cara roja como un tomate asintió y volvió a cubrirse con la sabanas. Espero a que saliera para levantarse y tratar de ordenar la cama, la cual parecía que había implosionado, se reía tontamente al recordar todo lo de ayer. Eso se sintió como un sueño, es casi como si volviese a ser verdaderamente como eramos en el huevo mundo. Agito su cabeza negando y luego asintiendo, sus mejillas temblaron y una sonrisa nerviosa se dibujo en su cara, fue a por un nuevo pijama, una camisola de tirantes que no alcanzo a ponerse para cubrir la evidencia de la noche, el arrancar estaba viéndola fijamente, Inoue trato de disimular y sonreír, todo estaba bien, no tenía nada de que preocuparse. 

—¿Qué... ? ¿pasa algo?

Alcanzo a ver a Sai asomarse y el pie de Ulquiorra cerro la puerta. 

Inoue se puso las manos en la cadera —estoy bien, no estoy enferma. No voy a morir tan fácilmente Ulquiorra. 

Esté entendió que la humana le estaba demostrando que él estaba haciendo una escena por su preocupación, pero en su postura no estaba siendo exagerado, era normal, ella era una humana, no un hollow, ni un arrancar, tampoco un shinigami, no era compatible con alguien como él, y ya que habían transgredido todos los parámetros al menos le debía su más absoluto control y hacerlo de la forma humana, no iban a volver a aparearse sino a tener sexo como lo habían hecho hasta ahora, como los humanos normales. Dejó la bandeja en una mesita de noche. —Los humanos son delicados. 

El sentido de ser humano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora