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No tuvo mucho tiempo luego que se marchara su tía, había que volver al colegio, al trabajo, no obstante se dio una tarde para llevarlo a un templo. Se froto las manos para entrar en calor, los arboles estaban llenos de papel con la fortuna de las personas simbolizando sus deseos de comienzo de año, no acostumbraba a venir un tres de enero a pedir para que le fuese bien en el año. 

—Juntas tus manos así de esta forma— le mostró la forma correcta —piensas tu deseo, algo claro, conciso que anheles tener este año, puede ser dinero, amor, buena salud... 

—No necesito nada de eso— le corto la explicación, ella lo miro feo. —Trabajo para conseguir dinero, tú me das eso del amor y soy un arrancar no necesito salud, soy eterno hasta que venga otro más fuerte que yo y devore mi alma. 

Ella lo tomo de las mejillas con amabas manos —puedes perder tu trabajo, y yo puedo enfermar. Bien creo que ya entendiste, esto sirve para canalizar tus energías y deseos, darle forma a tus anhelos ¿contento? le matas todo el romanticismo a las tradiciones. 

El arrancar gruño e hizo como ella junto las manos, y pidió su estúpido deseo para este año. Paciencia para entender a la humana, salud para esta. Cuando lo hizo ella le indico que debía agitar el grueso cordón con las campanas. Luego fueron para ver las fortunas de los papeles. 

—Suerte moderada, lograras algunas de tus metas— leyó Inoue en alto el resultado del papel —¿eh? bueno, pudo salir una mala. 

—¿Qué tiene que ver el azar con la fortuna?

Ignoro el cuestionamiento —¿qué te salio? 

—Que sera el mejor año de mi vida o algo así... — Inoue le quito el papel blanco. 

—Esta es una de las mejores suertes— parecía entusiasmada, sus ojos brillaron. 

—Puedes quedarte el papel si tanto te gusta.

Ella se rió —no funciona a así— le dijo que había que atarlo en las ramas más altas del árbol que entre mas alto mejor, y servia para que sus deseos se cumplieran, Inoue ejemplifico con su papel de la fortuna, Ulquiorra la imito colocando el papel a la misma altura que ella alcanzo pese a las quejas de ella. 

Luego lo llevo a elegir entre los pocos amuletos que le quedaban al templo, y le obsequio uno para los estudios y el dinero. Recibió un seco —gracias. 

—Bien esto se hace cada año el treinta y uno, también debemos ver el amanecer del primero de enero mientras comemos fideos soba, por su puesto que antes de salir hay que preparar la limpieza de fin de año, para recibir con lo mejor el año nuevo— le explico a grandes rasgos.

El arrancar vio como el entusiasmo de ella fue mermando ya que él no le puso mucha atención. —Estaré esperando esta festividad el próximo año—. Eso le devolvió el animo, no es que no le interesara las costumbres humanas pero esta festividad le termino por sonar algo más ridícula y sin sentido que las otras. Aunque lo de canalizar los deseos, lo veía algo más lógico, como imponerse metas anuales, de esa forma podía ver con mejores ojos la fiesta de año nuevo.


Por fin les quedaban los últimos días de escuelas, tan solo tres días. 

Los dos llegaron tomados de la mano esa fría mañana, esos días podían salir antes, y estaban allí básicamente para ensayar la graduación, los discursos de los mejores alumnos de tercer año, y organizar la despedida con sus compañeros. En el curso de Inoue estaba votando por hacer camisetas con los nombres de ellos en la espalda, Rukia se ofreció para hacer un conejo escolar de graduación super lindo para el frontis de la polera. 

El sentido de ser humano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora