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Bostezo y rodó en la cama hasta llegar a su tope. Se rió y se irguió para verlo dormir, despertaba de buen humor todos los días, podía escuchar el lento respirar de su novio quien dormía mientras ella despertaba por las constantes peleas de sus vecinos, bueno no, de su vecina y de el mantenido de Grimmjow, que estaba viviendo con ellos.  

—Sigue durmiendo como si nada— lo pico en una mejilla. 

Despertó llena de emoción, hoy irían a la playa. Una salida que postergaron durante años con el fin de ahorrar y terminar los estudios. Juntos ya estaban a muy poco de salir de la universidad, más una razón poderosa. "...dijiste una vez que querías conocer el mar..." Ulquiorra recordaba muy bien los "sueños bobos" como él les decía. Todos desde los que le contó cuando estaba retenida en el hueco mundo "...vamos a ir a conocer el mar antes que pases a mejor vida..." esto no era broma. 

Ulquiorra se tomó muy enserio el "y ¿si tal vez mueres?". 

Con el fin de que no quede nada inconcluso estaban haciendo todo tipo de salidas y acumulando experiencias para luego no lamentar nada. 

Inoue apachurro a su novio que dormía como un tronco —¿por qué siempre estás tan cansado?— murmuró con un puchero cuando unos fuertes golpes en la puerta hicieron que volteara. 

—¡Princesa despierta!

—Ya lo estoy— alzó su voz emocionada por el viaje. 

La puerta se abrió y el de cabello celeste con un rostro ojeroso vio a Ulquiorra como un muerto sobre la cama, lo señaló —¿ya intentaste despertarlo?— Inoue asintió con la cabeza apartándose —¿lo intentaste todo?

—Hice todo lo que pude— contestó segura de haber usado las formas más suaves y tiernas a la hora de despertarlo. 

Grimmjow se acercó con su bolso en su hombro y levantó su gran mano y se la estampo en el rostro a su amigo dejando caer con ella buena parte de su fuerza bruta. 

En el tren las personas que los rodeaban iban tratando de evitar las miradas de los hombres que acompañaban a las chicas amables y muy joviales, ambos se encontraban ofuscados y centrados en una guerra fria; uno con una enorme palma enmarcada en una de sus mejillas y el otro llevaba un ojo negro e hinchado de gran circunferencia. 

Nel le enseñó una revista de ropa a Inoue y esta le cogió el rostro a Ulquiorra —mira no es adorable ¿crees que podamos comprar alguno para el bebé?

—No— su rostro fue inmutable. Cualquiera pensaría por la emoción demostrada que no era el padre, ni nada cercano al bebé y si era algo definitivamente estaba en contra de su nacimiento. 

Sus ojos grises se humedecieron ante la respuesta, asintió y devolvió al revista. 

—No te hagas esto más doloroso— resintió Ulquiorra, parecía por completo un villano en estos momentos pero se aferraba a la idea de ser realista. Miró al exterior en el momento justo que el océano se hizo visible, reflejando la luz del sol —acordamos no comprar nada hasta que nazca exitosamente— y con esto se refería a que ambos siguieran con vida, tanto Inoue como el bebé. 

Inoue volteo para ver el paisaje con un sonrisa triste, ella estuvo de acuerdo esa vez, asintió. —Es lo que acordamos— a cambio Ulquiorra pensaría en un nombre para el bebé. Era una gran tarea. —¿Ya tienes uno?—. Fue una titánica discusión que termino con este resultado.

—Tenma— dijo sin demora. Inoue abrió sus ojos, era un nombre para chico como para chica "cielo", para muchos eso no era más que un bonito nombre unisex para un bebé con muy pocas probabilidades de nacer y si lo hacía eran muy altas las probabilidades que su padre lo matase. Pero "cielo" era a lo que Inoue se había aferrado con su alma en el hueco mundo, a ese frío y sintético cielo nocturno en las noches, Ulquiorra le estaba pidiendo que se aferrara de la misma manera como ahora con su bebé a la vida y a la esperanza como lo hizo antiguamente. 

El sentido de ser humano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora