16- MI PAREJA

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EDWARD
El funeral por fin había terminado y necesitaba alejarme de todos esos hipócritas. Llevé a Alex a su edificio.

-Gracias por todo Alex. -ella me sonrió comprensiva.

- ¿Seguro que estarás bien?

-No me pienso lanzar de un balcón Alex.

-Ed...

-Estaré bien. Confía en mí, hermosa -ella me creyó, se bajó del auto y entró al edificio.

Regresé a mi departamento. Las palabras de Zimmerman aun rondaban en mi cabeza, él tuvo algo de razón, mi tío Jaron gastaría la fortuna y hundiría las empresas, su esposa ni se diga, eran los que más pelearían por la herencia.

- ¿Por qué te tenías que morir ahora viejo? No sé qué mierdas hacer. -estaba tan cansado física y mentalmente, me sentía tan solo. Comenzaba a aceptar que mi padre ya no estaría conmigo, aunque detestara admitirlo el muy cabron de Lyon Zimmerman tiene razón, debía tomar una decisión...

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La empresa de Lyon Zimmerman era realmente imponente, la chica en recepción me anunció y me dio un pase; indicándome cual era el piso. Apenas salí del ascensor caminé hacia la puerta de la oficina y entre sin tocar, Lyon Zimmerman igual que en el funeral tenía una expresión seria y estoica, vestido con un elegante traje a la medida, no me pasó desapercibida la pequeña chica que se encontraba a su lado: bien vestida, maquillada y con su cabello trenzado a la moda, un chica bastante bonita.

-Bienvenido señor Abernathy -dijo la chica con una sonrisa, vi cómo se formó un lindo hoyuelo en su mejilla derecha.

-Gracias. -respondí cordial y mire al alemán -¿Tu secretaria?

-No, es mi pareja. -respondió Zimmerman visiblemente molesto por mi atención en la chica.

"Al parecer el alemán es bastante celoso"-pensé divertido.

-Tienes suerte Zimmerman.

-No estamos aquí para hablar de la suerte, su padre y yo teníamos negocios pendientes que costaron millones, dinero que debe volver a mis bolsillos -dijo con seriedad.

-Por eso estoy aquí, tomé mi decisión. Voy a tomar el mando de las empresas Abernathy, pero necesitaré su ayuda.

-De acuerdo. A los dos nos conviene que los negocios funcionen...

YUSLEVI
El guapo hijo del viejo salió de la oficina, luego de que él y el alemán llegaran a un acuerdo. Cuando me quedé a solas con Lyon, lo miré con una sonrisa.

- ¿Qué? -preguntó con ese característico tono suyo de seriedad.

-Acabas de celarme y me proclamaste como tu pareja, ¿eso te parece poco? -él apartó la mirada y sonreía divertida. -Entonces...

- ¿Entonces qué?

- ¿Admitirás que te gusto por fin? -me miro lo que para mí fueron varios minutos.

-Creo que siempre me has gustado.

-¡Iiigg, ya era hora! Entonces, si ya nos consideramos una pareja oficial. ¿Puedo besarte?

-¿No tendría que pedírtelo yo a ti?

-Se un hombre moderno alemán, a mí siempre me ha gustado ser una mujer que toma la iniciativa. -me senté en su regazo y él puso una mano en mi cintura y la otra en mi espalda baja.

- Ich bin verrückt nach Dir.

-¿Qué? Alemán yo no hablo takataka, háblame en castellano.

©Amor en Seattle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora