©Amor en Seattle.

28- MI SUEGRA ME TIENE ARRECHERA

YUSLEVI
Los días que había pasado viviendo con Lyon fueron muy tranquilos, me sorprendía como nos habíamos adaptado tan bien viviendo a juntos; pero extrañaba a las muchachas muchísimo. Como hoy y mañana no tendría que ir a trabajar, todas planeamos  reunirnos para comer en la pastelería de Joshua: “JoshCakes”, se notaba todo el esfuerzo que mi amigo había puesto en este pequeño local, adoraba entrar y que lo primero que olía era el sabroso aroma a vainilla mezclado con chocolate, a veces hasta especias, las paredes pintadas de color azul claro, las sillas y mesas modernas. Elaine había creado el logo de la empresa de su novio y lo ayudaba con la promoción por redes.

—Entonces ahora eres rayita viviendo en una mansión —dijo Elaine mientras saboreaba uno de sus panecillos de chocolate.

—¿Y cómo es vivir con el alemán? —preguntó Narelys, quien pidió un pedazo de torta suiza.

—Es súper ordenado con todo, a veces chocamos pero no es nada del otro mundo. —comencé a contarles mientras comía mi postre de tres leche —Pero cuéntenme ustedes de su vida. ¿Alex sigues con el hijo del viejo? ¿Nare al fin cogiste con el gringo? ¿Y tú Elaine, que pasa contigo y Joshua?

La primera en sonrojarse fue Narelys.

—Matt y yo a fin los hicimos. —todas quedamos en silencio para luego chillar emocionadas.

—¡AL FINN! —dijo Elaine.

—Ya era hora mujer, ¿y cómo estuvo? —pregunto Alex.

—¿Lo tiene grande o pequeño? ¿Tiene buena técnica? ¡Danos todos los detalles! —exigí saber.

—¡Bueno pues! Ustedes quieren que les diga dimensiones y todo. —exclamó poniéndose roja desde las mejillas hasta el cuello.

—¡Pues si!

—Solo diré que Matt tiene una muy buena habilidad. Tan inocente que se ve el hombre y es un demonio a puertas cerradas.

—Carajo —ahí si todas nos quedamos en shock para luego reír. “Quien viera al gringo volteando de una lado a otro a Narelys en un cama. Que golosos salieron estos chiquitos”. —¿Alex vas a decirnos que tal tu relación con mi jefe?

—Salimos y nos llevamos muy bien, Edward me encanta. Me trata bien y no me puedo quejar, además que coge muy rico.

—Coño Alex que trabajo para él, es incómodo pensar que te acuestas con mi jefe.

—Bueno deberías aprovechar que soy la novia, podría ayudarte a tener beneficios.

—Nah, trabajo por ganarme lo mío. —miré a Elaine.

—Ela, ahora tú cuenta, ¿cómo van las cosas con el odioso de Joshua? —pregunté curiosa y la de lentes sonrió.

—Todo fino, ustedes saben es Josh puede ser difícil a veces pero llevamos tanto tiempo juntos que ya sabemos cómo resolver las discusiones de pareja que tenemos, además él ahorita busca expandir el negocio y contratar más asistentes. Está teniendo muchos pedidos y necesita más espacio por lo cual queremos alquilar otro local pero aún tenemos que hacer las lista de costos.

—Wow, ustedes dos van a llegar lejos…

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—¿Todo bien con tus amigas? —preguntó Lyon después que me pasó buscando por la pastelería.

—Sí, nos pusimos al día, por cierto parece que todo avanza muy bien contigo  amigo el gringo y Narelys.

—Mathew le gusta muchísimo. No deja de hablar de ella, parece un adolescente enamorado —Lyon estacionó frente a la mansión.