YUSLEVI
El sexo con Lyon era divino, satisfactoria y siempre tenía con ganas de más. Ahora mismo me encontraba encima de mi alemán, a horcajadas con sus manos aferradas a mis caderas; gemía y jadeaba con cada embestida hasta que me llegamos al orgasmo. Él salió de mi interior para luego abrazarme y cubrirnos con el edredón de su cama. Recosté mi cabeza en su pecho escuchando como su corazón iba calmándose poco a poco.—Mañana se hará la fiesta para celebrar la fusión con las empresas Abernathy. —empezó a hablar mientras me rodeaba con sus brazos —¿Quieres acompañarme?
—¿No crees que desentone? No quiero avergonzarte —respondí y al mirarlo vi como Lyon fruncía el ceño.
—Tú no me avergüenzas. Eres mi pareja, quiero que estés ahí conmigo. Siempre asisto solo a ese tipo de eventos pero esta vez quiero presumir a mi hermosa novia, ¿quieres venir conmigo?
—¡Si, si quiero! —chillé emocionada besándolo en los labios. —Tengo que pensar en lo que me voy a poner ¡que nervios!
—Sé que te verás hermosa con lo que escojas...
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Había pasado el día entero en la mansión de mi alemán y ahí no tenía ropa limpia para cambiarme, por lo que debía regresar al departamento. Las muchachas me vieron llegar con mis regalos en brazos y una sonrisa de satisfacción en mis labios. Narelys fue la que saltó emocionada al ver mis libros.—¡Es la saga entera! —chilló como una niña en navidad al ver los regalos que supuestamente había traído el niño Jesús. —¡Me los tienes que prestar!
—Cuando lea el primer libro. ¡Huelen a nuevo! —ya tenía la saga entera de Cazadores de Sombras pero estaba ahorrando para esta de Acotar y el alemán se me adelantó haciéndome la mujer lectora más feliz de Seattle.
Adoraba leer pero la mayoría de mis libros estaban en formato electrónico y era muy pocas las veces que los compraba en físico debido a mi falta de espacio por la pequeña habitación del departamento.
—¿Y cómo estuvo todo con tu alemán? —preguntó Alex desde la cocina —Me imagino que te dejó viendo estrellas.
—Pues sí y hoy me quiere llevar a una fiesta, no sé qué me pondré y Narelys como que tendrás que prestarme algo de tu guardarropa —miré a la morena con una mirada lastimera.
—Sabes que siempre te presto ropa pero ya sabes que si se te ocurre manchar alguna de mis prendes considérate muerta Yusle.
—¡Que sí! Ya aprendí la lección, te recuerdo que no fue mi culpa que tu vestido blanco se manchara de salsa.
—¡Estabas comiendo una hamburguesas sin ningún tipo de fundamento era obvio que se iba a machar! —replicó furiosa.
—Pero te recuerdo que logré limpiarlo y con un alto costo cargado a mi tarjeta en la lavandería…
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Lyon me dijo que la fiesta sería algo tipo gala informal, me esforcé lo mejor que pude usando un top de hombros abiertos color vino tinto con un bello corte de corazón en el pecho, una falda tubo color blanco, sandalias altas doradas. Mi cabello peinado en una elegante trenza. Las joyas y el maquillaje terminaban de dar el toque ideal a mi atuendo.Cuando las muchachas me vieron quedaron impresionadas. Elaine y Narelys estaban sentadas en el sofá de la sala (la perra de Alex había dicho que también saldría con Edward y se arregló mejor que yo) sus bocas se abrieron cuando me vieron.
—Te ves Di.Vi.Na. Mi amor así de bella te doy hasta mis patas —dijo Elaine.
—¿Creen que a Lyon le guste? —pregunté insegura.
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©Amor en Seattle.
Chick-Lit✨Portada hecha por Rosy Shez @rosy_shez (Instagram)💓 En la ciudad de Seattle todo es precioso, se ve el dinero por donde sea que mires. Ubica en esta bella ciudad a una venezolana, ahora piensa en esto, esta chica con mucha pero muchísima mala suer...