The House of Sex: Intenta huir de mí

27(Capítulo final)

Euri

Harry acelera el paso, llevándome arrastras por las escaleras, el gruñido del perro me eriza la piel, y no puedo evitar pensar qué significado tiene que haya estado abajo, cuando yo sentí que estaba en el ático, conmigo, en el momento que subí. Sólo puedo pensar que Madre sabía lo que desde un inicio Jessica y Aarón tramaban, y los dejó hacerlo. Es posible que estén muertos en estos momentos, no sabría decirlo, pero, por el agite de Harry mientras me lleva por el pasillo de la planta baja, puedo suponer que están vivos, que incluso Molly está con ellos ahora.

Harry para en seco, y yo golpeo contra su pecho, mientras miro al frente. El tipo con la sierra eléctrica se acerca a nosotros, y yo jadeo, asustada, por lo que significa. Harry alza el arma, apuntando su pecho. El hombre se detiene, pero no deja de sonreír mientras la máquina ruge a toda marcha. Es obvio que quiere matarnos, y no dice nada en lo absoluto. Entonces, cuando Harry le dispara en el pecho, me doy cuenta de un detalle bastante obvio:

Harry está matando.

Lo tomo del brazo, intentado quitarle el arma de las manos. No me deja, se sacude y, en un codazo, me golpea el pómulo. Siento esa zona doler en sobremanera, y jadeo, nerviosa. Lo miro, y me doy cuenta de Harry parece una persona muy diferente a lo que en realidad es. Está ahí, alerta. Mirarlo así, me eriza la piel. Parece otro, es como si mirara a una persona totalmente diferente, aunque supongo que, al matar a alguien y hacerlo sin importar mucho, puede afectar a una persona sin poder evitarlo.

—Harry —intento, pero ni siquiera me está mirando. Empuño mis manos, nerviosa. Él tiene un arma, y estoy en un estado de alerta mucho más intenso. Él está como desorientado, pero no es el verdadero peligro, no puede serlo, no cuando hay maniáticos cerca que buscan matarnos—, vamos por Molly.

Lo tomo del brazo, y, cuando me permite el toque, respiro profundo.

— ¿Dónde pueden tenerla? —Intento, haciendo que camine. Esta vez él no habla, pero señala por el pasillo. Reconozco la habitación de Mateo, y me temo que él esté allí. Es probable que así sea, por lo que avanzo de forma precavida. Abro la puerta, y la oscuridad total me recibe. Luego, hay una risa.

—Euri —Dice, a pesar de la oscuridad sé de dónde viene su voz—, en el mismo sitio en dónde me encontraste la primera vez.

—Mateo —la luz se enciende, y observo todo con detenimiento cuando mis ojos se acostumbran. Él está sentado frente a un cabestrillo y frente a él, están las tres personas que buscamos amordazadas. Jessica está llorando con agite, Molly está respirando y mirando con odio todo, sin embargo, Aarón tiene... los ojos cerrados.

Llevó una mano a mi boca, mirando el hilo de sangre que cubre su cuello. Molly mira el punto que yo observo, y sacude la cabeza en un gesto silencioso. Con eso, me indica que hemos llegado tarde, ya Aarón está muerto.

—Verás, Euri —Mateo se coloca de pie, caminando hacia mí. Un arma nos apunta mientras habla, y yo respiro con profundidad—, estoy harto de este juego, de estas reglas, de todo.

— ¿Qué haces aquí, entonces?

Encoge sus hombros— no sería divertido sí me fuera. O sí les pongo las cosas fáciles.

Rodea el cabestrillo, sin dejar de apuntarnos. Me siento impotente, más sabiendo que puedo defenderme con el arma que Harry tiene, pero él no parece estar aquí en verdad. Lo miro, incluso Molly lo hace, y cuando se percata del arma que su hermano sostiene, jadea a pesar de la mordaza. Incluso uno de sus ojos deja ir una lágrima, mientras intenta llamarlo. Esa acción desesperada me confunde un poco.

—Euri —Mateo me llama, jalando el cabello de Jessica. La pelirroja se coloca de pie, jadeando. Sus manos están amarradas a sus espaldas—, siempre supe que Jessica nos daría la espalda, siempre estuve consciente de ello, pero la dejé seguir, porque quería ver hasta dónde iba a llegar... y llegó bastante lejos.