18(Amenaza)

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Euri

Camino detrás de Molly, sintiendo el furor de un coraje bastante intenso corriendo por mis venas. Ella continúa caminando con calma, pero poco a poco, baja el paso hasta colocarse junto a mí. Diddy, por otra parte, continúa detrás de Mateo, guardando sus distancias. Todos nos dirigimos al comedor, para charlar, parece. Y estoy enfurecida a otros niveles extremos.

—Perdóname no haberte informado —Alega, encogiendo sus hombros—, pero me gustan las entradas dramáticas.

—Me sentía en ridículo —le gruño, y ella sonríe.

—Cierto lo que dicen de tu humor —comenta, divertida—, te molestas y reaccionas groseramente.

— ¡Me mentiste!

Molly se detiene, con el ceño fruncido. Niega con la cabeza, sin importarle que los demás se adelante aún más. Nos mantenemos en una pequeña privacidad que ella crea. La veo suspirar, lamentándose un poco.

—Jessica y yo, siempre teníamos esa rutina al presentarnos.

—Son hermanas... eso la vuelve en mi prima. —Exclamo—, ¿Por qué no lo dijiste?

Molly suelta una risita al ver mi desespero.

—No lo hice, porque no era relación a ti en lo absoluto. —Dice, caminando a paso suave—, en realidad, somos medio hermanas. Padre tuvo una aventura, de ahí salió la bastarda.

Me detengo en seco.

— ¿La odias?

—Más que a nada en la vida —bufa—. Lo que viste ahí, fue un montaje. Madre no sonríe, Jessica no sabía que vendría, pero por lo que sí me doy cuenta, es que estaba observando las cámaras. De hecho, no debió bajar. Pero lo supuse. Todo fue teatro, Euri, sólo que tú eras la única que desconocía su papel.

—Y me parece que Mateo también.

—Es probable.

— ¿Entonces... no me has mentido?

Molly suelta una risita.

—No, para nada. No soy mala, Euri. Quiero esto tanto como tú. Eso es todo.

—Voy a enloquecer.

—Ni te molestes —se detiene, volviéndose hacia mí una vez más—. Vamos a ir al comedor, ¿está bien? —No entiendo por qué me advierte, pero decido asentir. Sus manos se colocan sobre mis hombros—, Madre es una persona muy cruel, y está loca. Al diablo que se entere de que lo digo, porque es la verdad y no puede lastimarme.

— ¿Por qué tan confiada?

—Porque tengo algo bajo la manga, ¿recuerdas? —Asiento, suspirando con fuerza—. Mantente al margen de lo que digan, por favor. No caigas en provocaciones. No hables. Yo voy a defenderte, ¿Está bien? Pero no caigas.

—No voy a prometer nada.

—Por favor, Euri.

Desvío la mirada hacia otro lado, algo renuente. Intentar no decir nada, sí me llegasen a provocar, sería bastante raro. Primero, porque suelo ser explosiva cuando me hacen enojar. No tiendo a pensar las consecuencias de mis actos, por lo que entiendo la preocupación que abarca las pupilas de la rubia. Sin embargo... también estoy involucrada. También tengo derecho a voto, ¿por qué, entonces, debo callar?

—Creo que sólo tendrás que conformarte con eso.

Molly frunce los labios y el ceño al mismo tiempo, creando una mueca frustrada en su rostro. Termina por soltar una leve maldición entre dientes, antes de decidirse por fin a asentir y seguir caminando.

The House of Sex: Intenta huir de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora