Psicólogo Frank [Frerard] Y [Ryden] PAUSADA

018|Víctimización.

A FRANK LE VALE PORQUE FRANK NO ESTÁ NI UNA PIZCA DE ESTABLE. 

Pregunta del cap para lectores actuales y futuros (si es que llegan veda): 

¿Tienes alguna fobia? YO LE TENGO FOBIA TERRIBLE A LOS PAVORREALES. 

(Ultima actualización hasta dentro de 1 semana)

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F. 

Brendon golpea mi cabeza tan duro que me temo que esto se vuelva una especie de costumbre. Doy un respiro y abro los ojos con pesadez, puedo sentir las lagañas impidiéndome despertar, mis brazos pegados a la cama y mi rostro grasoso debido al poco mantenimiento. Sin duda sigo deprimido, también sigo con resaca. Creo que es la peor versión de Frank Iero que se ha visto en la historia.

- Frank, ya son las 4 de la tarde – me susurra en el oído, me da un poco de cosquillas, pero no es suficiente como para levantarme – Escucha aun tenemos qué platicar sobre qué pasó con Sarah y contigo, llegué y no estabas aquí aún.

Creí que había un sueño bizarro y nada más. La peor puta noche de mi vida. Muevo las iris hacia él sin mover mi cuerpo ni rostro y le dedico una mirada fulminante a como puedo, éste se aleja con las manos alzadas.

- Cálmate. Será luego, voy a salir – bufa – Hay un tipo afuera que quiere hablarte.

- ¿Quién? – hago el esfuerzo por levantarme, pero mi cuerpo no quiere. Se niega.

- Pues no sé, trae capirotada.

Cierro los ojos. Claro, el tipo que vino llorando el otro día a pedirme ayuda por una crisis existencial. Doy un puñetazo al colchón con total furia reprimida y me levanto, hago a Brendon a un lado con un empujón leve y me meto al baño para enjuagar mi rostro. Veo que ya tengo un poco de barba, a mí me tarda en crecer, qué raro. No, no tengo tiempo para afeitarme ahora. Verifico que no tenga más lagañas o rostro cansado y salgo enseguida.

Abro la puerta y ahí está. Jeremy Twiner. Vino a verme porque tuvo una crisis existencial acerca de haberse equivocado de carrera y que temía por su futuro que amenazaba con ser un fracaso. Lo calmé, le di apoyo y algunas soluciones, me dijo que me traería capirotada. Y aquí está.

- Jeremy, hola – le sonrío.

Miro su postura, siempre observo las posturas de la gente, es como un ejercicio de lenguaje corporal. Rodillas un poco dobladas, ¿está nervioso? ¿Apenado por algo? No, no, agradecido ¿cierto? No sé, pasemos a los brazos, hombros un poco encorvados, es tímido, o a lo mejor es otra cosa. ¿Qué? Rasco mi nuca y olvido el ejercicio, parece que no estoy dentro de mis cabales.

- ¿Puedo...?

Me hago a un lado y lo invito a pasar con una sonrisa.

- Pasa a mi consultorio – Jeremy me hace caso y suspiro por lo bajo.