015|Depresión de a mentis.

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Disfruten el capitulo(? ODIO A LOS PERSONAJES ME CAEN MAL (AMBOS) los tkm. 

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A las seis y media de la mañana, a Gerard se le ocurrió la grandiosa idea de mandarle un mensaje de urgencia a Ryan. Yo no sé ni siquiera dónde está mi teléfono. Ni si quiera me dio resaca. Terminé recargado en el hombro de Gerard y él en mi cabeza y a como podíamos dormíamos por lapsos cortos. No sé cuando terminó la acción entre estos dos, pero ahora están acurrucados en la cama y bien tapaditos.

Parece que entre Gerard y yo hay una tregua invisible por el momento, pero en realidad no sé qué le reclamo ni él qué es lo que quiere. Así que, a grandes rasgos, entre él y yo no hay ni una pizca de nada. Con seriedad, Gerard envía el menaje y varios después de ese para lograr despertar a Ryan.

Vigilo por las rendijas hasta que Ryan despierta alarmado. Brendon se remueve y también se despierta.

- ¿Qué pasa? – pregunta Brendon con su voz ronca. Acaricia su mejilla con suavidad y siento cómo mis labios se curvean para formar una sonrisa. Awww, se ven legítimamente gustosos el uno del otro.

- Gerard me busca – comienza a vestirse.

- ¿Tu roomie? – Ryan asiente – Nooo, déjalo, quédate conmigo – hace un puchero y voz de niño pequeño.

- No puedo desaparecerme tanto. Empezarán a hacer preguntas que no podré evadir bien. Ya sabes que soy torpe – se ríe.

- No eres nada torpe – dice Brendon con seguridad para después inclinarse hacia él y darle un sabroso beso mañanero.

Genial, ahora me siento solo. Terriblemente solo. Pero vamos, necesito amor yo también y lo único que recibo son chicas y chicos calientes que solo pasan la noche y se van de mí. Suspiro en silencio y espero a que se retiren. Brendon todavía se tomó su tiempo de reflexión una vez que Ryan se había ido. Me hubiera gustado que pensara en voz alta para burlarme de él, pero solo se quedó como idiota mirando el techo con una sonrisa satisfactoria.

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El piso de abajo es una completa mierda. Ni siquiera me voy a tomar la molestia de describirlo. Para que se den una idea, está lleno de gente muerta y vomitada. Veo entre esos, al chico que me estuvo bañando en vodka hace unas horas y me sentí un poco disgustado al pasar la otra mitad de la fiesta (la parte buena) encerrado en un puto closet con olor a vainilla. Me estaba divirtiendo.

Camino hacia la cocina buscando mi teléfono, pero no lo encontré. Me enfoco en las hieleras y las abro para robarme alcohol que quede. Gerard por alguna extraña razón, me sigue. Mientras rebusco entre el alcohol para seleccionar el que me gusta y el que no, le digo:

- Eres libre de irte, no estamos esposados. – me estiro en lo más profundo de la hielera para alcanzar ese Tequila José Cuervo que tanto me gusta desde que fui a México en la preparatoria con mis amigos. Memorable.

- También soy libre de quedarme, entonces.

Sonrío, afortunadamente él no se da cuenta. Bicho raro. Al parecer con él nunca se sabe si está hecho mierda o tiene el autoestima inflada. A veces habla como si se odiara así mismo y otras parece creerse superior. Quizás ni siquiera tenga identidad propia, eso me molesta.

- ¿Necesitas una mano?

Me detengo. Me enderezo y me giro para encararlo.

- ¿Sabes algo? – alzo mi ceja y él me mira con seriedad y silencio – Sé que seré un psicólogo, en verdad me encanta ayudar a la gente cuando se siente miserable – me sorprende la tranquilidad y madurez con la que le hablo. Se nota que estoy completamente sobrio ahora, soy demasiado asertivo en estas situaciones de crisis que me dan y que nadie lo note -, pero también soy un humano y tengo derecho a decir lo que quiera. A lo que quiero llegar, es que odio esta mierda de tu bipolaridad forzada.

Psicólogo Frank [Frerard] Y [Ryden] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora