C.2

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-No somos conejos- se burló uno de sus compañeros recostándose en el suelo mientras encendían la fogata en el enorme balcón.

-Odio lo verde- dijo con asco el moreno.

-Creo que todos concordamos con eso- el rubio rió sacando la carne de la bolsa de la comida.

-¿Qué os apetece comer? Tenemos salchichas, conejo, pollo, patatas, manzanas...- dijo ella mirando mirando el interior de la bolsa.

-¿Tenemos careta?- preguntó el moreno.

-Esto...- buscó en la bolsa- No.

En la habitación de al lado estaban los enanos, quienes estaban asando las verduras para intentar comerlas pero era imposible, no las querían comer. Antes preferían morir de hambre que comer verde.

-¿Oléis eso?- Bombur se levantó de la silla.

-¿Bombur?

-Oled- dijo.

Comenzaron a oler pero no olían nada y Bombur cogía aire por la nariz aspirando todo el aroma.

-Huele a carne, salchicas... conejo... pollo...- abrió los ojos y miró a sus compañeros- Viene de la habitación de los cazarrecompensas.

Caminó hacia la habitación con todos siguiendo sus pasos. Bombur llamó a la puerta. El cuarteto se miró confundido y agarraron sus armas, preparados para cualquier cosa. El rubio se acercó a la puerta con cuidado, tomó el pomo y lo giró lentamente, cuando abrió una panda de enanos cayó al suelo, unos encima de otros. El cuarteto se volvió a mirar esta vez con una chispa de diversión. Bajaron sus armas y se acercaron a los enanos, quienes ya se estaban levantando murmurando maldiciones por haber caído unos encima de otros.

-¿Pero qué tenemos aquí?- la mujer guardó sus dagas en su cinturón mirando curiosa y con una ceja alzada al grupo.

-Lamentamos interrumpir, mis señores y señora- comenzó a hablar el enano mayor, quien tenía una larga barba blanca y parecía más viejo- Soy Balin y bueno, nuestro amigo olió carne y...- el rubio lo interrumpió.

-Venga, vamos a comer, debéis de estar hambrientos- se miraron con una sonrisa- Soy Bren Ragnardottir.

Los enanos lo miraron con un asentimiento, el hombre moreno se colocó al lado del recién presentado.

-Jensen Ragnardottir, un placer.

-¡Yo soy Olav Ragnardottir!- exclamó el hombre tatuado centrado en la carne en el fuego.

-¿Y vos, mi señora?- preguntó el enano con extraño sombrero y una amable sonrisa en el rostro.

-Eyra Ragnardottir, a vuestro servicio- se inclinó en una especie de reverencia.

Bren cerró la puerta tras ellos y les indicó que cogieran asiento donde quisieran.

Eyra lo miró con una divertida sonrisa en el rostro y el rubio rodó los ojos.

-Permitid que nos presentemos, estos son Bombur, Bofur, Bifur, Nori, Ori, Dori, Dwalin, Oin, Gloin, Fili y Kili. Y nuestro hobbit, Bilbo.- los presentó Balin- a vuestro servicio.

-¿Con qué habéis hecho la fogata?- preguntó Bofur.

-Con ramas secas y una silla de los elfos- contestó Olav sentándose en el suelo.

-¿Les tenéis odio a los elfos?- Dwalin se sentó al lado del Bren.

-No es eso, es sólo que odiamos la mentira y que este elfo nos mintiera sobre la criatura pues...- dijo ella con una leve sonrisa sentándose sobre un cojín. 

My Inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora