C.16

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-¿Me has oído?- rodó los ojos escuchando otra regañina, casi todos los enanos y su hermano ya le habían reñido. 

Todos habían empezado igual y seguían el mismo orden:

1.-Escapar de casa de Beorn.

2.-Llevarse un caballo sin permiso de Beorn.

3.-Ir sola a Mirkwood.

4.-Adentrarse sola con las arañas.

5.-Lanzarse al río.

6.-Correr riesgos innecesarios.

7.-Casi morir.

-Sí, Dwalin, sí. Te he oído. Tengo prohibido morir.

-Bien, me alegro de que lo hayas entendido.

-Creo que es mi turno- miraron al rey enano quien caminaba detrás de ellos con los brazos cruzados sobre su pecho, observó como la joven se rascaba la nuca, nerviosa.

-Toda tuya, Thorin- dijo Dwalin.

Thorin caminó al lado de la joven, su semblante era frío y serio. Y ella quería escapar.

-No seré pesado, no voy a repetirte lo que ya el resto te ha dicho- dijo con su típica voz grave de manera dura- lo que sí te voy a decir, Eyra es muy simple:- agarró el brazo de la chica deteniéndola, ella lo miró aterrada por lo que el enano le fuera a decir- Vuelve a desaparecer sin decir nada a ninguno de nosotros y jamás volverás a ser parte de la compañía.

Ella bajó la cabeza, asintiendo a sus palabras. Thorin se arrepentía de ser tan duro con ella pero había algo que le hacía temer, tenía miedo de que Eyra volviese a actuar de manera impredecible y que algo malo le ocurriera. Le daba pavor pensar en un futuro sin ella. 

-¿Estoy dentro de la compañía?

-Nunca dejaste de estarlo- ella le regaló una leve sonrisa.

-Un paso más y disparo- dijo un hombre apuntado a la chica con su arco.

Dwalin agarró un palo pero el hombre disparó haciendo que la flecha diera en dicho palo. Kili agarró una piedra pero nuevamente el hombre disparó haciendo que la piedra cayese.

-Haced algo de nuevo y estáis muertos- dijo sin dejar de apuntarles. 

Thorin se colocó delante de ella para protegerla, Bren, quien estaba a su lado, la agarró de la cintura separando la un poco del enano para ponerse también delante.

-Disculpad- habló Balin- pero sois de la Ciudad del Lago, ¿cierto?- Balin dio tres pasos hasta el hombre, éste le apuntó- Esa barcaza de ahí... ¿no la alquilaríais por casualidad?

-¿Por qué creéis que os ayudaría?- dijo el hombre caminando hacia su barco subiendo los barriles.

La compañía al completo lo siguió.

-Esas botas tienen mucho trote- siguió Balin- Igual que ese abrigo- el hombre siguió con su trabajo- Seguro que tenéis bocas que alimentar, ¿cuántos chiquillos?

-1 varón y dos niñas.

-Y vuestra mujer imagino que será una belleza.

-Sí- tomó una pausa- Lo era- se giró mirando al enano y después a la joven.

-Perdonadme, no era mi intención...- Balin se arrepintió de aquello mientras negaba con la cabeza.

Thorin notó la mirada del hombre hacia la chica, bufó molesto mientras rodaba los ojos. Balin rogaba perdón.

-Basta ya de sutilezas- Dwalin habló.

-¿Tenéis prisa?

-No te importa- le contestó.

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