C.1

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Cabalgaban con rapidez hacia Rivendel. El cuarteto estaba demasiado furioso con el elfo que les había encomendando aquella misión. 

Del hombro de la mujer colgaba una enorme bolsa de tela con algo redondo en su interior, una líquido negro goteaba de la tela, manchando la tierra.

-Espero que nos pague lo que nos prometió- comentó uno de los tres hombres que acompañaban a la joven. Su cara estaba llena de tatuajes y uno de los lados de su cabeza estaba rapada, en lugar de pelo, en esa mitad asomaban más tatuajes.

-O incluso más, lo que hemos perdido en esta misión no lo recuperaremos nunca.

El chico que había hablado tenía una espesa barba rubia, ambos lados de su cabeza estaban rapados, a excepción del centro, en él había una gruesa trenza.

-Son elfos, nos pagarán lo que nos deben y nos invitarán a comer- afirmó el último hombre. 

Se trataba de un hombre con barba y sin la cabeza rapada, dejando crecer su pelo oscuro. De los tres hombres, él parecía el más razonable e inteligente.

-Sí, y si no nos pagan quemaremos su preciado hogar. 

La mujer finalmente habló causando las risas de sus compañeros. Su pelo rubio volaba al compás del viento que chocaba contra ella mientras cabalgaban.

-Ese elfo tiene que explicarnos muchas cosas- volvió a hablar el hombre de la cara tatuada.

-Demasiadas.

Concordó el rubio.

-¿Y si le decimos que nos pague más? Nos lo debe por habernos mentido- intentó razonar el moreno.

-No es una mala idea.

Ella sonrió y apresuró a su caballo para que fuera más rápido. Sus compañeros la siguieron.

Una vez que llegaron a las puertas un elfo sirviente bajó las escaleras de manera apresurada y con una mirada llena de preocupación en el rostro.

-Mis señores y señora- dijo amable mientras el equipo bajaba de los caballos- No esperaba verlos. 

-¿Dónde está Elrond?- preguntó el rubio colocándose al lado de la mujer, quien aún sostenía la bolsa sobre su hombro. Su ceño estaba fruncido y miraba mal al sirviente.

-Ahora mismo está ocupado. Si volvéis mañana os atenderá gustoso y...- la mujer rodó los ojos y pasó por el lado del elfo, interrumpiéndolo. El rubio la siguió rápidamente, después el moreno y por último el hombre de los tatuajes. Este miró al sirviente una vez que pasó por su lado,  intimidando lo con la mirada.

El rubio la siguió rápidamente, ignorando al elfo. El moreno los siguió y por último, el hombre tatuado se colocó al lado del elfo, intimidando lo con la mirada, una sonrisa burlona asomó en su rostro sucio cuando vio el miedo en los ojos del sirviente. Después, caminó hacia el resto del grupo. El elfo corrió hacia ellos en un intento de detenerlos.

-Está ocupado, volved más tarde. Mi señora, entended que no podéis verlo hoy.

Alargó una de sus manos colocando la sobre el hombro que no tenía la bolsa de tela, el derecho, intentando hacerla entrar en razón y que se marcharán para volver en otra ocasión.

-No te atrevas a tocarla- el rubio apartó la mano del elfo de manera brusca del hombre de ella.

-Si vuelve a tocarme le cortaremos la mano- escupió ella empujándolo con el hombro cuando pasó por su lado, nuevamente. Los tres le enviaron al elfo una mirada de disgusto al elfo y acto seguido caminaron rápidamente hacia la mujer.

My Inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora