C.9

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Habían pasado 12 meses desde aquel momento.

12 meses desde que Eyra había vuelto de la muerte.

12 meses desde el ataque de los orcos.

12 meses desde que vieron Erebor sobre el monte en el que las águilas los habían dejado.

12 meses desde el inicio de aquella aventura.

12 meses desde que Thorin descubrió la verdad sobre la chica.

Era de noche y todos estaban sentados alrededor del fuego, contando anécdotas y riendo. 

Eyra y Fili se hicieron buenos amigos y desde entonces pasaban mucho tiempo juntos, tiempo en el que Kili siempre, o al menos casi siempre, estaba con ambos, el trío de oro los llamaba el resto de la compañía. Los dos amigos estaban algo más apartados del resto debajo de un árbol, observaban a los demás charlar. Kili molestaba a Bilbo, nuevamente.

Una sonrisa asomó en el rostro de la chica. Fili la notó y una sonrisa ladeada se escapó de sus labios.

-Deberías pedirle que te dejase cortejarlo.

Eyra abrió los ojos sorprendida por el comentario del enano y lo miró divertida.

-Fili no, puede tener a cualquier otra para cortejar. Además ¿por qué querría a alguien como a mí? Dudo que le guste de esa manera.

Se recostó en el árbol.

-¿Has visto cómo te mira?- Fili gritó en susurro.

Miró a Kili una vez más, apartó su vista de él y negó con la cabeza. Fili sonrió suavemente viendo como la chica se tumbaba en la hierba para ver las estrellas.

-Fili, él me ve como una amiga- suspiró.

Cerró los ojos y se levantó de la hierba.

-¿A dónde vas?- miró al enano rubio.

-Necesito pensar en algunas cosas.

-¿Una de ellas es en cómo cortejar a mi hermano?- ella rodó los ojos.

-Fili- le avisó y él rió.

-Ten cuidado rubia.

-Siempre lo tengo rubio.

Caminó alejándose del resto, llevándose consigo algunas miradas, como la del hobbit, quien aún tenía curiosidad por las vidas de la chica, sus hermanos, Kili, quien no había dejado de mirarla en toda la noche cuando ella no se daba cuenta, y finalmente, Thorin, el enano rey que se negó a hablar con ella y tampoco a mirarla, por temor a que el sueño donde ella había aparecido tantas veces se hiciese real.

Se introdujo en el bosque, caminó un poco más hasta dejar de oír las risas y voces de los enanos. Siguió andando hasta llegar a un claro con un hermoso lago iluminado hermosos insectos de luz... Luciérnagas.

En un lado del lago, una enorme roca con extraña forma estaba al borde, rozando el agua. Eyra sonrió. Se quitó las botas dejándolas en la hierba y se subió a la roca, se sentó en ella y dejando que sus pies rozaran la fría, pero muy cristalina, agua de aquel lago.

Cierto enano de cabello oscuro la había seguido, quedó maravillado al ver a la joven a la luz de la luna con las luciérnagas a su alrededor y el hermoso efecto de luz que hacía con la laguna. El cabello rubio de la chica estaba suelto, revoloteando con el breve viento que se había levantado.

Ante la vista de aquel enano, era hermosa.

Se quitó el enano sus botas y caminó hacia ella, en uno de sus pasos pisó una rama quebrando la. Eyra se giró alarmada viendo a cierto enano. Respiró hondo soltando el aire. 

My Inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora