C.3

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-Buenos días- Eyra sintió como algo blando impactaba sobre su cara. Abrió los ojos encontrándose con Bren y su típica sonrisa burlona. Miró como un cojín violeta caía al suelo.

-Arriba horrible orco- se levantó mirando mal a su compañero Olav.

-Te has perdido el desayuno- Jensen se cruzó de brazos, sus tres compañeros la miraban divertidos.

-Tampoco tengo tanta hambre, no quiero comer verde- frotó sus ojos con sus manos- ¿Y los enanos?- preguntó mirando a su alrededor.

-Se fueron hace horas, se quedaron dormidos al rato de que tú y esos dos enanos volvieseis de vuestro paseito- Jensen se sentó en la cama.

Olav comenzó a olerse la ropa y una mueca de asco y repugnancia decoró su rostro. El resto imitó su acción. Olían realmente mal.

-Apestamos- dijo ella quitándose la chaqueta dejando la camisa beige caer sobre sus pantalones oscuros.

-Sinceramente, no me apetece bañarme en esa espantosa y delicada bañera, ¿buscamos una fuente?- propuso Olav ganándose las miradas divertidas de sus compañeros.

-No pienso bañarme desnuda en una fuente- se cruzó de brazos.

-No pienso dejar que te bañes desnuda en una fuente con tantos elfos mirones a nuestro alrededor- Bren alzó una ceja.

-Busquemos una fuente- Jensen se acercó a ella quedando frente a frente, una sonrisa maliciosa adornó el rostro del joven, ella enarcó una ceja, confundida, ¿qué tramaba?

El chico puso su peso sobre su pierna derecha poniéndola entre las piernas de la chica. Luego, colocó su cabeza debajo de la axila de la rubia y abrazó su rodilla derecha con su brazo. Se puso en cuclillas e hizo que la chica se inclinase sobre sus hombros. Tomó su mano derecha con la suya y llevó su torso alrededor del cuello del joven al jalarla. En ese punto, se levantó. Sus piernas caían en el lado derecho del cuerpo de su compañero. Éste sujetó sus piernas y mano derecha con su brazo derecho. Su cabeza se inclinó hacia su hombro izquierdo. Prácticamente, estaba tumbada sobre los hombros de su compañero.

-¡Jensen! ¡Suelta me ahora mismo!

-Lo siento Eyra, pero ¿recuerdas el fingir estar herido?- ella tragó saliva recordando aquel día- Si mal no recuerdo fingiste que yo estaba herido para que fuese el cebo de varios trolls.

-Jensen, por favor.

-Lo siento preciosa, es lo que te toca, venganza- dijo Olav gracioso.

-Chicos, ayudadme.

-Has hecho ese truco del herido durante mucho tiempo, ya es tiempo de venganza- Bren rió.

Durante el camino hacia una de las majestuosas fuentes, Eyra no paraba de gritar maldiciones y de intentar escapar de aquel agarre, sus compañeros reían y se burlaban de verla. Los elfos los miraban curiosos, algunos con una pequeña mueca divertida y otros con el ceño fruncido.

Al llegar a la primera fuente se encontraron con que ésta ya estaba ocupada. Los enanos se bañaban y se divertían en ella. 

Los hermanos Fili y Kili se percataron de que el cuarteto se acercaban a ellos hasta detener su paso, una sonrisa burlona salió de sus bocas mientras veían como la chica pataleaba divertida en los hombros de uno de sus compañeros. Jensen, Bren, y Olav comenzaron a hablar entre ellos y prosiguieron su paso hacia la fuente. 

-Hola, queridos enanos- dijo el rubio con una sonrisa.

-¿Os importa si os acompañamos?- Olav rió.

-¡Bajadme!

Los tres cazarrecompensas se miraron entre sí con una sonrisa maliciosa en sus rostros.

My Inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora