Wacho Atrevido- Mateo Palacios

°Capítulo 23°

Quiéreme mientras

se pueda..
○○○

Narra Mateo:

Sentí caricias en mi pelo y de a poco abrí los ojos.

Sonreí al verla mirándome con tremenda cara de dormida.

—Buenas—.

—Buen día—.

Me acerqué y le di un pico.

—Cómo dormiste?—.

—Bien, se me pasó bastante el dolor, vos?—.

—Re cómoda—.

—Querés que bajemos a desayunar?—.

—Bueno—. Se sentó en la cama y yo la quedé mirando hasta que se dió cuenta de que todavía estaba desnuda.

Se tapó rápido los pechos con sus manos y las sábanas. Yo reí.

—Ayer me mostraste todo, qué te tapas ahora, sin vergüenza—.

—Callate Mateo porque te pego—. Rió

Agarró su corpiño y su tanga, se los puso bajo mi atenta mirada.

—Al menos disimula—. Habla mientras se pone el jean.

—Para qué?—.

Se termina de poner la ropa y se sienta de nuevo a mi lado.

—Y vos qué onda vas a andar en pelotas todo el día?—.

—Taria—. Subo y bajo las cejas.

—Dale vestite—. Se ríe.

Me levanto y me pongo un bóxer. Vuelvo a acostarme.

—Daale Mateoo—.

—Paraa, vení—. Agarré su mano e hice que se siente arriba mío.

Nos quedamos mirando, la abracé y ella correspondió.

No soy una persona sentimental que digamos, jamás fui de abrazar o demostrar cariño. Era tierno con mi hermano, cuando éramos chicos. Con mi mamá también, hasta que nos dejamos de hablar y con mi papá.. surge uno muy pocas veces.

Pero la tengo cerca a ella y no puedo evitar hacerlo. Es un impulso que tengo y no controlo.

Tengo la necesidad de estar entre sus brazos, me hacen sentir que me quiere o que confía en mí, cosa que muchas personas ya no hacen.

Dejo un beso en su cuello. Nos separamos y le sonrío.

—Nos levantamos tierno hoy?—.

Asiento y le doy un pico.

—Vamos a desayunar—.

—Si, pero también tenemos que arreglar lo tuyo. Quiero que salgas de eso del todo, si?—.

—Yo también quiero Siomi—. Acaricio su cachete.

Nos levantamos fuimos al baño, hicimos nuestras necesidades y bajamos a la cocina.

Mi viejo se fue a trabajar, así que estamos solos.

(...)

Empieza a sonar mi celular.