°Capítulo 29°

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Hay algo oculto en cada sensación..
○○○

Narra Siomara:

Entramos a su pieza y nos sacamos los abrigos.

—Tu papá?—.

—Se fue a la casa de la novia—.

Dejo mi campera y buzo sobre una silla.

—Voy al baño—.

—Bueno amor—.

Salgo de la habitación y entro al baño. Hago mis necesidades y acomodo un poco mi pelo. Vuelvo y escucho a Mateo hablando.

Me acerco a la puerta.

—No jodas, te dije que no...no no te voy a ayudar. Cortala Valentín..chau—.

Suspiro y entro.

Cierro la puerta y se da vuelta.

—Todo bien?—.

—Si, justo me llamó mi viejo—. Deja el celular en la mesita de luz.

Asiento y me acerco a la cama.

—Nos acostamos? Hace frío—. Le digo sentándome.

—Dale—. Se sienta del otro lado de la cama y nos sacamos las zapatillas.

—Amor la otra vuelta creo que dejé un pantalón—.

—Ah si, lo guardé—. Se acerca y lo saca de su ropero.

—Escuchamos música?—.

—Si, allá está el parlantecito—.

Me acerco y conecto mi celular. Pongo mi lista de reproducción que suelo escuchar a la noche.

Empieza a sonar "Corazón Delator de Soda Stereo". (Multimedia).

Mateo me da el pantalón, me saco el jean y lo doblo. Me sobresalto al sentir sus manos en mi cintura.

—Me asustaste boludo—. Digo riendo.

Escucho su risita y besa mi mejilla repetidas veces. Apoyo mi espalda en su pecho y mi cabeza en su hombro. 

Empieza a masajear mi panza por debajo de mi remera. Mi piel se eriza al sentir su lengua pasar por mi cuello.

Baja sus manos y juega con el borde de mi tanga.

—Seguís teniendo frío?—. Habla en mi oído.

—Un poco..—.

Una de sus manos baja y masajea mi intimidad por encima de la tela. Con una mano agarro su brazo y con la otra rodeo su nuca.

Empezamos a besarnos y me gira. Caminamos unos pasos hasta chocar con la cama y me recuesta. Me saca la remera, el corpiño y besa mis pechos.

Baja mi tanga y la saca. Empieza a bajar sus besos por mi pecho y después por mi panza, hasta llegar a mi feminidad, por inercia separo un poco más las piernas.

Pasa su lengua por esa zona y suelto un jadeo al sentir cómo empieza a tomar ritmo. 

Enriedo mis dedos en su cabello y estiro un poco. Al rato siento que todo mi cuerpo se afloja y mis piernas tiemblan.

Vuelve a subir y me mira.

Me levanto un poco para besarnos. Muerde mi labio inferior y lo estira para meter su lengua. Estamos un rato así hasta que nos separamos para tomar aire.

Se acerca a la mesita de luz y agarra un condón.

Se saca el pantalón junto con el bóxer y  ahora sí quedamos totalmente desnudos. Se coloca el preservativo y se vuelve a recostar encima mío.

Apoya su antebrazo en la cama y con la otra mano acaricia mi mejilla. Se acerca y nos damos un suave beso.

Se separa un poco colocando su miembro en mi entrada. Lo introduce despacio y se queda quieto un rato, me da un pico y se acomoda para empezar a dar embestidas lentas.

Apoyo mi mano en su hombro y con la otra acaricio su espalda. Él aprieta mi muslo, se acuesta encima escondiendo su cabeza en mi cuello, dejando besos húmedos en esa zona.

Empieza a aumentar el ritmo. Arqueo mi espalda y él lo mete completo. Levanta su cabeza y nos miramos fijo mientras se muerde el labio. Empezamos a largar gemidos con nuestros nombres.

Miro sus ojos y esa adrenalina se hace más presente que nunca. Lo giro para quedar yo encima suyo. Empiezo a moverme hacia adelante y atrás. Acaricia mi espalda completa.

Me acerco a su cuello y paso mi lengua. También dejo leves mordeduras y chupones. Escucharlo gimiendo es algo que me da mucho más placer y me vuelve loca.

Apoya sus manos en mi cadera para ayudarme a aumentar el ritmo.

—So..sos hermosa—.

—Te amo—. Le sonrío.

Humedece sus labios. Me agarra de la nuca y me corre para besarnos.

—Te amo más—. Habla con la respiración entrecortada.

Me agarra la cintura y me gira para volver a quedar encima mío. Empieza a dar embestidas más rápidas y profundas.

Estoy por largar un fuerte gemido pero él lo interrumpe estampando sus labios contra los míos. Me besa y junta nuestras frentes.

Entra una vez más y nos venimos juntos. Se tira encima mío y los dos tratamos de calmar nuestras respiraciones.

Sale despacio, hace un nudo con el forro y se levanta a tirarlo. Agarro mi ropa interior y me la pongo, él hace lo mismo con su bóxer, apaga la luz y vuelve a acostarse.

Nos tapamos con las frazadas y nos ponemos de costado quedando de frente. Apoya su mano en mi cintura y se acerca. Mientras paso un dedo en su pecho acariciandolo y también toco su cadenita dorada.

—Está muy bueno el tema que sonó recién—.

—Te gustó?—. Asiente. —Es de Soda Stereo..me gusta escucharlo a la noche, me relaja mucho—.

Sonríe y me da varios picos.

—Tenes buen gusto, alta letra tiene—.

—No pensé que le estabas dando bola—.

—Un poquito escuché—. Río y niego.

—Dormimos? estoy un poco cansada—.

—Bueno amor—.

—Para que voy a desenchufar el celu—.

—Ahí lo sacó yo—.

Se levanta y lo desconecta, apaga el parlante y vuelve. Deja el celular en la mesita y se acuesta.

—Hasta mañana mi amor—.

—Hasta mañana hermosa—.

Me pongo de espalda y me abraza por la cintura para dormir.

Siento que el corazón me va a explotar de felicidad.

Estoy segura de que lo amo y que a pesar de que hay algo de que todavía me duela, no podría alejarme de él jamás.

Quiero verlo siempre bien y con esa sonrisa, que me hace tener más de mil sensaciones por segundo.

Wacho Atrevido- Mateo Palacios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora