He estado esperando
Que vengas a rescatarme..
○○○Narra Siomara:
Dos y media de la mañana y yo sigo despierta mirando el techo. Es todo muy... Complicado...
Hace un mes no venía a ésta casa y ahora estar acostada en la cama de mi ex, no es algo muy habitual. Menos sabiendo la situación por la que pasamos.
Me puse de costado y la luz de la luna que entraba por la ventana, me dejó ver un cuadrito en la mesita de luz de Mateo.
Era de él junto con Emi, de cuando eran más chicos. El mayor tenía puesto unos anteojos negros, raros, mientras el menor lo miraba con una sonrisa.
Me acerqué un poco más y algo brilloso al lado del retrato me llamó la atención. Prendí la linterna de mi celular y pude ver el anillo que le había comprado para regalarle.
Lo agarré y volví a acostarme, mientras lo miraba.
Esa mañana que habíamos vuelto de la casa de mi abuela, puse uno de los anillos en un envoltorio chiquito y lo guardé en el bolsillo del buzo que me había prestado.
En ese momento estaba tan dolida, que ni me había acordado de ese "pequeño detalle", hasta que subí al auto con mi hermano y vi el mío puesto en mi dedo.
Cosa que me hizo llorar de nuevo en el camino a mi casa, por esa razón tuve que contarle a Arón que nos habíamos separado.
Pero no le dije el por qué, en realidad no le conté a nadie. Solo piensan que volvimos a ser amigos, pero sé que mi hermano sospecha lo que pudo pasar.
Sin darme cuenta mi vista se nubló a causa de las lágrimas. Pero ésta vez lloro por sentirme insuficiente, no era la primera vez que me engañaban. Ya era la tercera.
Y saber que Mateo me hizo lo mismo, me dolió mas que nada. Porque pensé que después de mucho tiempo, alguien iba a valorarme. Pero una vez más el amor me había fallado.
Aunque lo de él haya sido un poco más leve, no significó que me haya dolido menos, porque sabía que así como lo hizo una vez, podía volver a hacerlo.
Volví a dejar el anillo en su lugar y me senté en la cama, tratando de controlar las lágrimas que cada vez eran más.
Estar acá y en ésta cama, no me esta ayudando mucho. Me levanté y salí de la habitación tratando de no hacer mucho ruido.
Fui a la cocina, alumbrando con mi celular, para no molestar con la luz. Me serví un vaso de agua y bloqueé la pantalla, para meterlo en mi bolsillo.
Tomé y apoyé las palmas de mis manos en la mesada mientras agachaba la cabeza, tratando de regular mi respiración.
Sentí unas manos en mi cintura y levanté la cabeza, mientras me secaba mis mejillas mojadas. Él apoyó su cabeza en ni hombro y se aferró un poco más a mí.
—Qué pasa amor?—. Habla despacio.
Cerré los ojos ante esa última palabra.
—Si doy lo mejor de mí.. Por qué me lastiman?—.
Nos quedamos callados y de la nada nuestro alrededor pareció silenciarse también, dejándonos en un momento de gran tranquilidad.
Él de a poco me fue girando hasta quedar de frente. Podía distinguir su silueta y un lado de su cara era alumbrada por la luz de afuera.
—Es como vos dijiste.. Empezamos a valorar las cosas cuando llegamos al límite, y otros cuando lo sobrepasan—.
Respira profundo.—Pero en mi caso es diferente.. Porque no busco la gran cosa, no busco que se enamoren de mí, tampoco que me devuelvan el amor que doy—. Mis ojos se vuelven a humedecer. —Solo quiero que no me lastimen más—.
Sé que no es la persona indicada para hablar de esto, pero simplemente me cansé de sentir ese dolor una vez más. Siento que de a poco me voy rompiendo.
Acercó su cara a la mía, haciendo que nuestras narices rocen y después juntó nuestras frentes, pero la de él emanaba mucho calor.
Me separé y puse mis labios en ella. —Mateo, tenés fiebre—.
—No importa, quiero estar así con vos—. Dijo escondiendo su cara en mi cuello.
—Vamos así te pongo paños para que te baje—. Levantó su cabeza.
—No amor.. No quiero—. Negó con la cabeza.
Agarré su mano y fuimos a su habitación, hice que se acueste en su cama, agarré un trapo y cargué un recipiente con agua.
Volví y me senté a su lado, empecé a ponerlos en su frente y después de un rato ya había bajado un poco.
—Mejor?—. Pregunto.
—Si, gracias—. Mira para otro lado y después me mira de nuevo. —Puedo dormir con vos?—. Pregunta tímido.
—Ee..s-si—. Sonríe de lado y yo me levanto a apagar la luz.
Vuelvo y me acuesto a su lado de espaldas. Pasan unos minutos y siento que él se mueve.
—Siomi—.
—Que pasa?—.
—Me podes mirar?—.
Cierro los ojos con fuerza y los vuelvo a abrir antes de darme vuelta.
—Perdón. Sé que eso no va a cambiar nada, pero quiero que sepas que si pudiera volver el tiempo atrás, evitaría eso que pasó—.
—Ya te perdoné—.
—Y perdón por todo lo que te hice pasar también—. Apoya una mano en mi cintura por debajo de mi remera y empieza a acariciarla en círculos.
—Ya está.. Ya pasó—.
—Necesito que sepas algo—. Acerca más su cuerpo y acomoda su cara cerca de la mía.
—Decime—. Susurro a causa de la cercanía.
—Sé que te lastimé y no me lo voy a olvidar. Pero tampoco me voy a olvidar que vales mucho para mí.. Y te lo voy a demostrar de a poco—.
Humedece sus labios y los junta con los míos, en un beso lento, dejándonos saborear cada rincón de nuestras bocas.
Pongo mi mano en su mejilla y él me rodea con su brazo para pegarnos del todo. Baja su mano hasta mi muslo haciendo que suba mi pierna a su cadera.
Presiona un poco mi nuca para profundizar el beso y su lengua choca con mi labio, le doy permiso y ambas se encuentran.
Nos fuimos separando por falta de aire, pero él seguía dejando besos cortos.
—Recién empiezo.. Acordate lo que te dije cuando nos pusimos de novios; yo quiero todo con vos—.
———
Al fin lcdll.
Bueno..ahora falta que el turro se ponga las pilas.
Espero que lo haga xd
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Wacho Atrevido- Mateo Palacios
Fiksi PenggemarVos podés ser un wacho atrevido, atreviéndote al bien.