°Capítulo 41°

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Hemos caído en la oscuridad

mientras buceamos bajo las olas.

Narra Siomara:

Un mes después.

*20:17 hs.*

Escucho el ruido que indica que puedo abrir la puerta.

—Al fin! No veía la hora de terminar—. Hablo entrando al local y la veo a Norma guardando ropa en unas cajas.

—Mucho tránsito?—. Pregunta.

—Si..como siempre. Llega el viernes y la calle es un dolor de cabeza—.

Me acerco al cajón a guardar las llaves del auto y voy al cuarto en donde guardamos nuestras cosas personales.

Abro mi casillero y saco mi mochila, la apoyo en un banquito y saco el peine para desenredar un poco mi pelo.

Escucho un ruido fuerte y voy rápido a donde se encuentra Norma, la veo un tanto alterada hablando por teléfono y una caja tirada en el piso con las prendas desparramadas.

—Pero cómo?...bueno, tranquila. Yo ahora voy para allá...yo me arreglo. Tene cuidado hija—. Se empieza a poner la campera.

—Qué pasó?—.

—Me llamó Maia diciendo que Pablo se desmayó—. Se pone la bufanda. —Me tengo que ir para el hospital. Porfa, termina de guardar estas prendas que son para mañana. Mateo ya debe estar viniendo, tomá—. Me da las llaves. —Cuando terminan cerra todo—.

—Sisi, yo me encargo. Avisame si necesitas algo—. Asiente y me da un beso antes de irse.

Me acerco a levantar lo que estaba tirado en el piso y busco otra caja, ya que la otra se rompió un poco.

Vuelvo y empiezo a doblar la ropa para meterla en las bolsas e ir acomodándolas en las cajas.

Respiro profundo sabiendo que ahora va a venir Mateo. Desde que empezamos a trabajar de nuevo no nos hablamos, en realidad sí, pero solamente decimos "hola", "todo bien", "bueno", y a veces nada.. Y cuando eso pasa, está Norma presente.

Tampoco es que tengamos mucho tiempo para hacerlo y las veces que podemos, me limito a responder. No es que tenga rencor o algo..simplemente ed un poco de tristeza que todavía tengo.

Admito que los primeros días fueron complicados, no sabía cómo mirarlo y habían días que ni siquiera podía hacerlo. A pesar de que hayamos terminado, se puede decir que no terminamos tan mal..

Aunque tengo que admitir que ayer lo vi medio raro y el miércoles faltó. Parece como desconcentrado y un tanto.. triste? Pero no le pregunté nada, capaz soy yo que vivo haciendome ideas.

Levanto la cabeza al escuchar el timbre de entrada y lo veo ahí parado con el celular en la mano. Presiono el botón para darle acceso y entra.

Levanta la cabeza sacando la mirada de la pantalla y me ve. —Ah..pensé que eras Norma..Hola—. Hace una leve sonrisa.

—Hola—. Le devuelvo el gesto y sigo guardando la ropa.

Él se acerca y guarda la llave del auto en el cajón y se para al lado mío.

—Y ella dónde está?—.

—El marido se desmayó y tuvo que ir para el hospital—. Hago una mueca.

—Uh que bajón.. Recién se fue?—. Asiento. —Cerras vos?—.

—Si, termino con esto y listo—.

—Te ayudo entonces, así terminas más rápido—.

—Bueno dale..—.

Me acerco a un mueble y abro la puerta para sacar la cinta y la vuelvo a cerrar.

—Toma—. Le doy la cinta. —Ponele dos vueltas a todas—.

—Bueno..—. Nos quedamos mirando a los ojos.

No decíamos nada, sólo se escuchaban nuestras respiraciones calmadas y el poco ruido de vehículos que pasaban por la calle.

—Estas bien?—. Rompo el silencio.

—Si—. Susurra y yo asiento.

Le paso la caja y él la envuelve como le dije. Voy a buscar la otra muda de ropa y vuelvo para doblarla y guardarla también.

Escucho un gran suspiro de su parte pero no digo nada, pero me tensiono un poco al sentir su mano en la mitad de mi espalda.

—Siomi.. Te puedo dar un abrazo?—.

No respondi y solamente me gire quedando en frente suyo. Haciendo que su mano ahora quede en mi cintura. Agarré la otra para que la posicionara en el otro lado y rodee mis brazos alrededor de su cuello.

Nos acercamos y él me abrazo fuertemente. Su pecho estaba pegado con el mío, permitiéndome sentir los latidos de su corazón.

Esconde más su cara en el hueco que hay entre mi cuello y mi hombro, dejándome sentir su respiración caliente en esa zona, pero también algo húmedo.

Giro un poco mi cabeza para poder mirarlo y veo como una lágrima cae por su mejilla. Me separo despacio haciendo que me mire y acaricio un poco su mejilla para secarla.

Lo agarro de la mano y hago que se siente en una silla para yo arrodillarme en frente suyo y él apoya sus codos en sus rodillas.

—Qué pasa?—. Niega mirando al piso.

Me acerco y le doy un beso en la frente, lo vuelvo a mirar y otra lágrima cae, que rápidamente se saca.

—Entiendo si no me querés contar, pero sea lo que sea, tenés que saber que va a pasar y va a estar todo bien—.

Agarro su mentón haciendo que me mire y él suelta su labio inferior que estaba mordiendo, dejándome verlo rojo e hinchado de tanta presión.

—Y como siempre te digo, voy a estar para vos..pase lo que pase—. Termino de hablar.

Suspira. —Perdí a mi hijo—. Murmura y sus ojos se vuelven a cristalizar.

Frunzo el ceño y lo miro preocupada.

—Qué?—. Asiente tragando saliva.

—Belén tuvo un accidente,ella está bien.. pero el bebé no aguantó—.

Wacho Atrevido- Mateo Palacios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora