Manchu

Capítulo 6

*Habitación de Machu*
Las chicas estaban empacando lo que llevarían a su casa por el fin de semana. La primera en despedirse fue Antonia quien iría a despedirse de Ulises antes de que llegaran por ella. Así que las chicas conversaron un poco para hacer tiempo.
-Manuela está preciosa, ¿no crees?.-pregunto Emilia a su amiga quien la miro sorprendida.
-Has perdido el buen gusto, Emi.-contestó.
-No me vas a negar que es muy guapa, tiene un buen cuerpo y es demasiado sexi como habla.-confeso con una cara de enamorada.
-No está tan mal pero es demasiado problemática y...
-Tú eres igual.-interrumpió. -Ayúdame a acercarme a ella, tú has hablado con ella ¿no?.-agregó.
-Si discutir cuenta cómo hablar pues si. Pero que fregados le voy a decir yo, va a pensar que me gusta y eso no es así.-se apresuró a decir.
-Machu hazlo por mi, ella me gusta y quizás es la indicada. ¿Me ayudarás?.-pregunto con un leve puchero tan tierno que su amiga no pudo negarse a ayudarla.
-Esta bien pero será hasta el Lunes, porque quiero disfrutar el fin de semana ¿ok?.-advirtió.
-Como tú quieras.-acepto.

Ambas chicas bajaron a la cafetería para hacer tiempo mientras llegaban por ellas, después de un rato llegaron por Emilia por lo cual se quedó la ojiverde sola en una mesa de la cafetería. Minutos después un chico se acercó a su mesa, era apuesto y parecía alguien agradable.
-¿Puedo sentarme?.-pregunto amablemente.
-Claro, ¿eres nuevo?.-pregunto curiosa.
-No, estudio aquí desde el año pasado.-confesó.
-Oh, no te había visto por aquí. Por cierto soy...
-Machu, se quien eres, todos en la escuela te conocen y yo soy Leon Rubio.-interrumpió, la chica se quedó sorprendida por lo que acababa de oír, si bien es cierto que es popular y la mayoría del instituto la conocen no se esperaba que él dijera eso.
-Veo que me has investigado un poco.-comentó.
-Me informó de lo que me interesa.-respondió en tono coqueto.

En los pasillos caminaba Manuela junto a Ulises quien le contaba que saldría el día siguiente con Antonia pero que no tenía idea donde llevarla, después de unos minutos de ambos pensar en ideas para primeras citas se les ocurrió hacer un pícnic, era algo relativamente sencillo y muy lindo para la ocasión.
-¿Pero donde lo haré?, mis padres tendrán una reunión con sus amigos en casa mañana así que ahí no se podrá.-dijo frustrado.
-En mi casa, Yayo saldrá hoy de viaje y llegará el domingo por la tarde así que no habrá problema con que alguien los interrumpa a parte de mi, obviamente.-explicó.
-No lo sé, no quiero que tengas problemas con tu abuelo por mi culpa.-confesó algo cabizbajo.
-Tio tranquilo yo le avisaré y veréis que él aceptará, aparte eres mi mejor amigo haría cualquier cosa para ayudarte.-comentó para luego abrazar al chico a su costado.
-Te debo una, eres la mejor.-admitió.
-Invítame algo de la cafetería y estamos a mano.
-Nunca dejas de pensar en comida.-dijo entre risas. -Pero vamos a la cafetería.-agregó.

Cuando los chicos llegaron había muy pocos jóvenes en la cafetería, solo 3 mesas estaban ocupadas de las aproximadamente 30 que había en el lugar. Una de esas mesas ocupada por Machu y Leon que parecían estar llevándose muy bien pues reían como si se conocieran de tiempo atrás. Manuela no pudo evitar notar eso, ya que para acercarse a pedir algo en el mostrador debía pasar por esa mesa, mientras esperaba su orden junto con Ulises disimuladamente miro a la chica de ojos verdes quien le regaló una sonrisa coqueta. Eso la confundió un poco pero le respondió con una sonrisa igual de coqueta, pensó en acercarse pero cuando dio un paso en dirección a la mesa de la ojiverde recibió una llamada.

*En llamada*
-¿Bueno?.-pregunto confundida.
-¿Ya me habéis olvidado Manu?
-Claro que no tía, solo que no esperaba que me llamarás.-confesó.
-Ya te extraño tía, me hacéis demasiada falta y a mi cama también.-comentó en tono coqueto, haciendo sonrojar a la chica de ojos cafés algo que Machu notó y no le agrado mucho aunque ni ella entendía porque. Manuela pidió a Ulises que esperara su orden por ella en lo que contestaba la llamada en el jardín y el solo asintió.
-Que cosas dices tía si tú fuiste quien me mando a volar.
-Ya sabes cómo estoy de loca pero cuando me contaron que te fuiste a México no dudé en llamarte, pronto iré para que recordemos viejos tiempos, amor. O acaso ¿no extrañéis mi cuerpo?.-pregunto en tono coqueto.
-Quizás un poco.-respondió en el mismo tono.
-Te deseo y también tu a mi, espero no me encuentres reemplazo con una mexicana.
-Que cosas dices, aunque aquí las mujeres son demasiado hermosas, su belleza flipa.-confesó.
-A ti no te pueden dejar sola ni un día porque ya estás en cama de alguien más y...
-Debo irme, hablamos después ¿vale?.-interrumpió.
-Esta bien Manu, adiós.
*Fin de llamada*

La chica de ojos cafés regresó al mostrador de la cafetería donde ya la esperaba su amigo junto a su almuerzo y un jugo de naranja. Machu seguía en su mesa pero ya no estaba Leon, miraba disimuladamente a Manolo tratando de descifrar con quien pudo haber hablado, era algo que quería saber así que cuando vio a los chicos acercarse les ofreció que se sentaran con ella, ambos chicos se miraron extrañados pero aceptaron el acompañarla. Después de unos minutos Ulises se despidió de ambas pero antes de irse le avisó a Manuela que llegaría a su casa a medio día mañana para arreglar todo, lo cual levanto curiosidad en la ojiverde.
-¿Qué harán mañana?.-pregunto.
-Tendrá una cita con una chica y ofrecí mi casa ya que la de él estará ocupada por sus padres.-contestó antes de comer el último bocado de su almuerzo.
-Qué buena amiga, creí que solo te dedicabas a bajar novios.-comentó, haciendo que la chica frente a ella casi se atragantara con lo que estaba comiendo. -Solo era una broma.-agregó entre risas mientras daba pequeñas palmadas en la espalda de la chica de ojos cafés para que se calmara un poco.
-Ya estoy bien.-dijo después de tomar un poco de jugo. -Hablando de eso yo no bese a tu novio y en mi defensa no tenía idea de que lo fuera, tampoco era mi intención que te pusieran los tochos conmigo.-confeso con sinceridad.
-¿tochos?.-pregunto confundida.
-Cachos, cuernos o como le quieras decir tía.
-Tranquila, Silverio ya no era mi novio solo quería molestarlo...
-Y de paso molestarme a mi.-interrumpió.
-Un poco quizás.-aceptó con una sonrisa.
-Pero que buen golpe le diste, lo dejaste en el suelo.-confesó entre risas.
-Se lo merecía.-comentó y Manu asintió con la cabeza.

*Mensaje nuevo*
-Manu estoy afuera, ya sal para irnos a casa.

-Ya llegaron por mi, fue bueno hablar contigo princesa azteca.-confesó mientras tomaba sus cosas.
-Pensé que la llamada que recibiste anteriormente era de que te estaban esperando o algo así.-comentó, tratando de saber más sobre la llamada.
-Ahora me vigilas.-dijo entre risas. -Pero no aquella fue una amiga.-añadió.
-Puedo preguntarte algo antes de que te vayas.
-Claro, dime.
-¿Porque me dices princesa azteca?.-pregunto.
-Porque no te has presentado.-respondió con una sonrisa coqueta. Sabía su nombre o su apodo pero quería seguir diciéndole así.
-Soy Machu.-dijo extendiendo su mano hacia la chica frente a ella.
-No creo que ese sea un nombre real.-respondió mientras correspondía al saludo.
-Así me llaman, mi nombre no me gusta mucho.-confesó.
-Es un placer, Machu. Bueno me tengo que ir, ¿tú no te irás?.-pregunto.
-Debo esperar a mi abuela, me iré con ella.-explicó.
-Qué tengas buen fin de semana.-dijo para después besar la mejilla de la chica y salir del lugar.

La chica de ojos verdes salió con dirección a la oficina de su abuela, en el camino sólo pensaba en el beso que le había dejado Manuela o como a ella le gustaba decirle, Manolo. Si bien era cierto que le gustaba molestar a dicha chica también había algo en ella que le llamaba la atención, pero sabía que no podía poner sus ojos en ella porque a Emilia le gustaba y entre amigas tenían códigos. Se regaño mentalmente con que lo que había pasado con Manuela no podía repetirse, porque a pesar de que le agradó platicar con ella eso no estaba bien, menos porque se ofreció a ayudarle a su mejor amiga a acercarse a la chica de ojos cafés.