Capítulo 2.
Olivia estaba cansada de probarse ropa, no sabía bien que escoger, ¿Y si hacía demasiado frío en la noche? ¿Y si alguien le volcaba accidentalmente un trago? ¿Tendría que llevar una blusa de más en su bolso?
Después de unos minutos, se decidió por algo, aunque no estaba cien por ciento segura. Le hizo caso a su intuición y se guardó una blusa extra en el bolso.
Al volver a la sala procuró cerrar todas las ventanas, miró el reloj de la pared, faltaban diez minutos para las ocho, tomó un poco de agua, se aplicó un poco de maquillaje y guardó lo necesario para por fin salir del apartamento.
Bajó las escaleras con cuidado, ya que había decidido dejarse el pelo suelto y este le tapaba la visión por entrometerse en su cara.
Al llegar al vestíbulo saludó de nuevo a su amigo.
- Adiós Anthony, que tenga una buena noche.
- Adiós señorita Holt, usted también –sonrió este.
Olivia salió del apartamento, mirando a los dos lados de las calles, en busca de Fletcher, pero no lo veía. No tenía otra opción que esperarlo, como siempre. Sacó su celular al cabo de unos segundos y le envió un mensaje.
De, Olivia para: Fletcher.
Estoy afuera.
- Hola –dijo cerca de su oreja.
- Eres un idiota –dijo riendo.
- Un idiota al que quieres mucho –sonrió, ahora estaba frente a ella.
- No tengo otra opción –replicó esta, encogiéndose de hombros.
- Me hieres –dijo tocándose el pecho.
- Entonces... ¿Dónde vamos? –preguntó Olivia, mientras iban caminando.
- Es una sorpresa, solo tienes que seguirme.
Caminaron hacia la gran avenida, donde encontraron fácilmente un taxi, Fletcher se sentó adelante y le indicó el lugar al chofer, mientras Olivia iba entrando al auto.
Cuando llegaron a destino, Olivia actuó como sorprendida, una vez que se sentaron ella se rio.
- Siempre tienes ganas de comer pizza y dije, ¿Por qué no la llevo a un restaurante Italiano?
- Además de sus exquisitas pastas y salsas, ¿Qué tienen?
- Pizzas...
- ¡Exacto! La puedes pedir sin culpa.
- Gracias –dijo Olivia mirando la carta, Fletcher le sonrió.
Fletcher escogió pastas, así que Olivia también, no quería comer pizza en un lugar así, quería probar otra cosa, cuando llegara a su casa por la madrugada tendría sus dos rebanadas esperándola en el refrigerador.
- Su comida, buen provecho chicos –dijo la camarera sonriéndole a Fletcher.
- ¿Viste cómo te sonrió?
- Ya basta Liv, deja de fijarte en esas cosas.
- ¿Qué tiene de malo? Te estoy ayudando –se excusó.
- No me estas ayudando, ya te lo he dicho, no me interesa nadie –dijo mirándola fijamente a los ojos.
- Esto esta rico –dijo con la boca llena de espagueti tratando de cambiar la conversación.
- Si lo está –dijo imitando su acción.
- Eres un idiota –rio.
- Lo sé.
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Sunflower
RomanceTodas las historias suelen tener un final feliz, averigüemos si este es el mio.