Capítulo 15.
Miércoles, 22 de febrero. 2017
Nadie en este mundo merece sufrir. Los humanos creen que son los que más sufren, pero no es así. Los animales, de cualquier especie, son los que mas sufren. Ellos no tienen como defenderse, solo tienen un instinto de supervivencia y, si acuden a ellos, los asesinan de igual manera.
Esto me hace pensar, ¿Por qué existen condenas para los humanos que matan a su especie y no condenas para humanos que matan otra especie?
He estado pensando en mis problemas, mucho tiempo.
Pero no son problemas importantes, soy consciente de que mi salud mental no es sana, pero prefiero preocuparme por cosas mas importantes. Ayudar a los demás es mi mecanismo de defensa, lo haré siempre, tanto con los humanos como con los animales.
Sé que está mal, para usted que piense eso. Pero, ¿sabe qué? A la mierda con lo que usted piense, a la mierda con lo que piensen los demás sobre mi.
Se que tipo de persona soy, lo que quiero ser, no me importa morir por salvar a un ser humano, sea quien sea, se que merece tener una vida, un futuro... Yo no lo merezco.
He sufrido cosas en esta vida, pero nada comparado con otros seres vivientes.
Así que, a la mierda con todo.
- Tenemos que seguir trabajando en esto –dijo Dolores.
- Es broma, ¿Verdad?
- No Olivia, no lo es, tienes que tomarte estas cosas enserio.
- ¡Lo hago!
- No lo haces. Vienes aquí, conmigo desde que tienes doce años, no hemos progresado, por eso sigues viniendo.
- Bueno Doc, no es mi decisión, y lo sabe. Si quiero que mis padres me dejen vivir sola, debo seguir viéndote.
- Y tendrás que progresar si quieres dejar de venir a las sesiones.
- Bueno, tenemos un grave problema entonces, no voy a cambiar mi forma de ser –Olivia vio la expresión de Dolores – No lo haré, no cambiaré mi forma de pensar, todo lo que sufrí y lo que probablemente voy a sufrir no me importa en lo absoluto, así que gracias –dijo sonriendo – Nos vemos el miércoles siguiente.
Olivia tomó su mochila y salió de la habitación, saludó a Marie, la recepcionista, con un guiño de ojo, a lo que Marie solo negó con la cabeza.
Tomó el autobús que la llevaba a la cafetería de su tía, se conectó los audífonos y disfrutó del viaje, uno de una hora. Todo el mundo odiaba los viajes largos, pero ella los disfrutaba, gracias a que podía ver todos los lugares antiguos que tenia la zona por donde pasaba el bus.
Al bajar, caminó unas tres calles y entró a la cafetería. Su tía estaba atendiendo y tomando los pedidos de los clientes, ella se adentró a la cocina y saludó al personal. Llevó sus cosas a la oficina de Sindy, se colocó una chaqueta con el símbolo dorado de Stocks y fue hacia la caja.
Sindy la observó unos minutos, viendo como ella se concentraba tanto en lo que hacía y como atendía a los clientes con amabilidad.
- Puedo con esto, ve hacer tus cosas –le dijo, indirectamente, como una orden.
Como Olivia le había dictado, ella se limpió las manos y se perdió dentro de la cocina. Sindy llamo a su hermana para decirle que su hija estaba allí y que no se preocupara.
La salud de Olivia era preocupante para todos en la familia, todos se daban cuenta, con una gran facilidad, que ella estaba bien cuando estaba con gente, pero se desmoronaba cuando estaba completamente sola. En cuestión de segundos, ella se desmoronaba, pero nadie podía hacer nada para evitarlo. Lori y Malcom la habían llevado con la doctora Dolores, era una gran psicóloga, la mejor en toda la ciudad, pero estaba allí desde los doce años y nada había cambiado, pese a las medicaciones que le dictaba para que mejore sus impulsos malignos.
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Sunflower
RomanceTodas las historias suelen tener un final feliz, averigüemos si este es el mio.