XXVI: Simon.

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-Cuando quieras.-Me muestra una sonrisa para que empiece a hablar y me quedo mirando a la ventana.

-Louis, lo que te voy a contar no es fácil de explicar, necesito algo de tiempo ¿Vale?-Asiente y respiro hondo.-Mi hermano y mi padre no están con mi madre y conmigo.

-¿No? ¿Temas de divorcio?-Niego con la cabeza y las lágrimas amenazan con salir.

-Eso es lo que cree todo el mundo, que Morgan Canes y el pequeño Simon están en algún lugar remoto, haciendo su vida de nuevo; pero no están Louis.-Se levanta del suelo para sentarse de nuevo en la cama.

-Si quieres contármelo estaré escuchando, si no puedo esperar...

-No... Tranquilo, creo que puedo.-Le contesto, pero mis ojos están cerrados, intentando detener esas lágrimas que caen sin cesar. Pone su mano encima de la mía y entrelaza nuestros dedos.-Una noche, Simon debutaba en uno de los mejores partidos. Ese partido le daría el paso a estar en la liga con los Lakers, pero nunca supimos la decisión mi madre y yo, ya que nosotras dos íbamos a ir más tarde al partido. Mientras tanto, mi padre lo llevó al partido y...-Se me hace un nudo en la garganta y él aprieta más el agarre de nuestras manos.

-¿Cuántos años tenía tu hermano?-Trago saliva y me atrevo a mirarle a los ojos. Parece que el dolor que siento en estos momentos se lo he transmitido. Su cara está llena de preocupación, pero intenta sonreír para que no le note su estado de ánimo.

-Él tenía 20 años, para ese entonces yo tenía 12 años. Era su primer año en la universidad y aunque tuviera el carnet de conducir, mi padre lo quiso llevar, según él era por lo viejos tiempos. Pero... Nadie se esperaba una llamada a las diez y media de la noche diciendo que un camión había destrozado el coche y que no pudieron hacer nada por ellos...-Los sollozos empiezan a salir y Louis se queda callado, esperando a que siga hablando.-Yo me había pintado la cara y me había puesto una camiseta que tenía mi hermano con el emblema de su equipo de baloncesto.-Se inclina un poco para ver la camiseta y en efecto, es la misma camiseta.-Se la habían regalado en el anterior partido por haber jugado tan bien todos esos años y por si entraba en la liga superior, para que nunca se olvidara de su equipo, el cual estuvo toda su vida.-Aparto la mano de la suya y me encojo en la cama, rodeando mis piernas con mis brazos.

-Sam, las cosas pasan por algún motivo, algunas veces son buenas y otras malas...

-Pero siempre me tocan a mí las malas Louis, no sabes la reacción de mi madre al enterarse desde la otra línea del teléfono que su marido y su hijo habían muerto en el coche. Lo peor de todo es que vimos el lugar del accidente y cómo los sacaban del auto. Mi madre aunque lo negara entró en depresión, pero claro, lo tapaba con alguna de sus sonrisas y hacía como si nada delante de mí, pero la escuchaba llorar en su habitación.-Me acaricia la mejilla y su tacto hace que me erice la piel por completo.

-Si quieres sentirte mejor, yo no sé dónde está mi padre biológico ni lo quiero saber.-Me armo de valor y me siento en la cama.-Dan es el segundo hombre con el que ha estado mi madre después de mi padre. Y creo que ya es el definitivo. Están al fin casados y disfrutando su vida de marido y mujer.

-Louis, ¿Qué le paso a tu padre?-Tensa un poco la mandíbula y respira hondo.

-Cuando era pequeño se divorciaron y nunca me quiso contar mi madre nada, pero yo sé que él le trataba como una mierda. Al encontrar otro hombre, sabía perfectamente que era distinto a mi padre biológico. Quise a ese hombre como si se tratara de mi padre de verdad y una noche decidí que quería su apellido en mi nombre. Se alegró muchísimo y terminamos comiendo helado a las una de la mañana. El problema fue que tenía que irse a vivir a otro país por temas de trabajo y ya teníamos la vida hecha aquí como para mudarnos, así que mi madre optó por dejarlo. Y bueno... Ahora está Dan. Nunca le he llamado papá por el simple hecho de que para mí, mi padre de verdad era ese hombre, pero creo que es momento de aceptar la realidad y aunque sea el marido de mi madre, tratarlo como es, mi nuevo padre.-Sonrío y me limpio alguna que otra lágrima que tengo en mis mejillas por lo que ha dicho y ante el recuerdo de mi hermano y mi padre.-Creo que es hora de dormir ¿No crees?-Asiento y me tumbo en la cama. Se tumba a mi lado y me da un beso en la mejilla.-Buenas noches.

I'm YoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora