XXXIII: Momento de cambiar.

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1 semana después

Algo raro le pasa a Louis últimamente. Está serio y no mantiene contacto con ninguno de nosotros. De vez en cuando sale a la calle, pero como mucho a las dos horas está de vuelta, incluso a veces con un cigarrillo en la mano, lo que me extraña; ya que yo sepa, nunca lo he visto fumar tantas veces como está haciendo ahora.

He intentado acercarme a él para al menos mantener una conversación los dos, o simplemente saber el motivo de por qué está así, pero dice que está cansado y que mañana me lo contará y se mete en su habitación. Ni siquiera me pregunta si quiere que me quede a dormir con él, simplemente se encierra en el cuarto con seguro y a saber que demonios hace ahí dentro.

''Deberías de dejar de ser tan posesiva'' Dice mi conciencia cada vez que me pongo a pensar sobre ello y tiene razón, pero es que no puedo aguantar más que me esté ocultando algo y más si está así de raro.

No he hecho nada para que esté así y me está preocupando bastante. Me preocupo por el simple hecho de que ya sabe lo que hizo Zayn en su momento y vuelva a hacerlo porque piense que soy una inocentona y pueda hacer conmigo lo que le venga en gana cuando en realidad no soy como era hace unos meses o incluso hace unos años.

-Samanta, ¿Me estás escuchando?-Dice Pau pasando su mano por mi cara, lo que hace que parpadee un par de veces.

-Lo siento, estaba pensando.-La miro y suspira.

-No hace falta que me lo digas. A Louis le pasará algo, pero no puedes estar ahí matando neuronas en tu mente intentando descubrir algo que puede que ni siquiera pase. Deja que pase el tiempo y cuando se vea preparado te lo contará.-Asiento y cierro los ojos por unos segundos y luego la vuelvo a mirar.

-Lo siento por haber estado tan sumida en mis pensamientos.-Sonríe y niega con la cabeza.

-No te preocupes, todo el mundo tiene momentos malos. Deberías salir a dar una vuelta, necesitas despejarte.

-Será lo mejor.

2 semanas después

Sigue estando igual de raro, pero ahora come poco y se encierra en su habitación. Lo veo más delgado y se está dejando crecer la barba, creo que ni siquiera tiene ganas de afeitarse.

Incluso ya ha llegado al punto de estar más apagado de lo habitual. No he vuelto a verle sonreír lo que me parece a mi una eternidad, y sus ojos ni siquiera brillan.

Y bueno... Yo me estoy volviendo como si fuera un fantasma. Estoy pálida, con ojeras moradas a causa de que no puedo dormir bien. Salgo la mayoría del tiempo a la calle, para despejarme algo. Normalmente me voy a Hyde Park, a intentar pensar en otra cosa y calmarme mientras estoy sentada en el césped, pero nada. No sale de mi cabeza cuando más lo necesito.

Incluso Mark se ha dado cuenta de que estoy bastante rara en el trabajo. Intento sonreír a los clientes, pero lo único que transmito es tristeza.

-Samanta, ¿Puedes venir un momento?-Dice mi jefe y asiento. Me acerco arrastrando los pies hasta llegar a su puerta. La cierra y alarga su brazo para que tome asiento, a lo que accedo.-¿Se puede saber que te ocurre?

-Nada, tan sólo tengo una mala racha...-Digo y levanto la cabeza. Le miro y me está mirando bastante serio, por lo que escalofríos recorren mi cuerpo.

-A ver, necesitaba a alguien que transmita energía, no que me amargue a los clientes.-Suspira.-O cambias de actitud durante el trabajo o tendré que despedirte si sigues así.

-Confíe en mí, por favor, necesito este trabajo...-Suplico, pero me interrumpe.

-No me defraudes.-Sé que se ha acabado la conversación, así que asiento y me levanto de la silla.-Ah, y una última cosa ante de que te vayas.

I'm YoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora