XXII: Buenos días.

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Samanta's POV

Me despierto y noto el brazo de Louis agarrarme por la cintura. Intento zafarme de su agarre, pero lo único que hago es que apriete más el agarre. Río ante lo estúpida que es esta escena y no sé que hacer para quitarle el brazo de mi cuerpo.

Noto que una de sus manos empieza a hacerme cosquillas y no puedo aguantarme la risa. Se levanta, poniéndose encima de mí y no para con las cosquillas.

-Louis...-Digo como puedo entre carcajadas y para en seco. Me da un beso en los labios y nos reímos los dos.

-Buenos días.-Dice y para ser verdad, sus ojos azules brillan más que nunca en estos momentos, lo que hace que me enamore más de él.

-Hola.-Sonrío y le vuelvo a besar, pero esta vez antes de separarme de él, le muerdo el labio inferior, lo que termina riéndose y de nuevo nuevas risas invaden la habitación.

-No sé que es peor, escuchar gemidos por vuestra parte o risas.-Dice Félicité cuando pasa de largo por la habitación y nos contenemos de nuevo las risas.

-Creo que alguien se ha despertado con mal humor.-Dice Louis lo suficientemente alto como para que se entere su hermana y se asome por la puerta.

-Me habéis despertado con vuestro escándalo, es normal que me despierte con mal humor.-La miramos sonrientes y ella rueda los ojos.

-Si sigues así de amargada te van a salir arrugas.-Bromea Louis y sale de la habitación.-Será mejor que vayamos nosotros a desayunar, hoy va a ser un buen día.-Alzo una ceja y él sonríe.-Es una sorpresa pequeña... Bueno, es mentira; te voy a llevar la piscina climatizada que hay aquí y nos damos un baño, ¿Te parece bien?-Asiento y se levanta de la cama. No me da tiempo para que lo haga yo, ya que me coge al estilo nupcial y salimos de la habitación así.

-Louis bajame por favor. No quiero que tus padres nos vean así.-Digo mientras bajamos las escaleras y él se limita a reírse. Cuando llegamos a la cocina, me baja y planta un beso fugaz en mis labios.

Me coge de la mano y entramos e la cocina. Por suerte no está aún su familia aquí, de lo contrario ya estaría más roja que un tomate. Se acerca a la encimera y coge de un mueble, una rebanada de pan recién horneada. El olor a pan llega a mis fosas nasales y mi estómago ruge un poco. Me acerco a la cafetera y me doy cuenta de que está llena.

En verdad odio un poco todo esto del cliché. Me gusta hacer las cosas por mí misma, no que nadie haya preparado con antelación algo que puedo hacer yo sola.

Abro un armario que está empotrado en la pared y me pongo de puntillas para alcanzar las tazas. ''Tenía que ser bajita'' Digo en mis adentros y de repente siento las manos de Louis en mis caderas. Me eleva del suelo y mi rostro está justo enfrente de las tazas de porcelana. Cojo dos y giro mi rostro para verle con una sonrisa, en señal de que ya me puede bajar. Lo hace y dejo las tazas en la encimera y me doy la vuelta. Rodeo con mis brazos su nunca y lo atraigo hacia mi para besar sus labios.

-Deja el café, creo que hay algo que te va a gustar mejor.- Se acerca al microondas y saca dos tazas de un espeso chocolate caliente. Le miro con la boca abierta mientras me tiende uno.

-¿Y todo lo que hemos hecho para coger dos tazas de café?-Digo aún sorprendida y cojo la taza, la cual desprende calor.

-Creo que era un buen momento para hacerlo, ¿No crees?-Asiento y bebo un poco de mi taza. Cuando separo el borde de porcelana de mis labios, en el rostro de Louis se forma una sonrisa.-Pequeña, te has manchado un poco los labios de chocolate, pero espera que me encargo de quitártelo.-Sus labios se posan en los míos delicadamente y sonrío aunque nuestros labios estén unidos. El carraspeo de una voz procedente de la entrada de la cocina hace que nos separemos y miramos a la vez justo donde proviene la voz. Por suerte, es solo Phoebe. Nos separamos y me dirijo hacia la nevera.

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