Ambos

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Permaneció sentada con la espalda contra un tronco cercano, junto a ella yacían Sasuke y Naruto; ambos con los ojos plenamente cerrados. La respiración de ambos, ahora estabilizada tras un largo período de tiempo de drenar su vida y su chakra para fusionarla con la de ellos, se manifestaba en el suave ascender de sus pechos. Los brazos derechos de ambos respectivamente, por otro lado, eran un tema aparte. A pesar de sus constantes intentos, no había logrado mejorar su condición. Sabía que tal condición, de hecho, no era irreversible pero Sakura estaba demasiado agotada y carecía del poder, la fuerza y la técnica para hacerlo. Aún si no fuera irreparable, el daño era demasiado. Así como lo era en otras partes aleatoriamente distribuidas de sus cuerpos. Naruto, particularmente, tenía una gran marca en medio de su pecho. Como si algo hubiera impactado de lleno allí, quemándole la piel y algunas terminaciones nerviosas. Sus costillas, no habían llegado a quebrarse (y Sakura desconocía la razón pues a juzgar por el impacto recibido estas debían haber cedido hacía demasiado ya. De hecho, debían estar completamente trituradas; pero Naruto no dejaba de sorprenderla). Sasuke, por otro lado, tenía la piel de alrededor de los ojos consumida y, de vez en cuando, un delgado hilillo de sangre escapaba de debajo de sus párpados por sus mejillas y hasta su mentón. Además de ello, tenía un tobillo quebrado; pero Sakura no le daba demasiada importancia a ello. Al menos, y por el momento, ambos seguían vivos. De hecho, había estado tan enfrascada en traer a Naruto de regreso a la vida y en velar por la salud y el bienestar de ambos que no había notado siquiera cuando Kiba y Hinata habían llegado como equipo de refuerzo, junto con Akamaru. Y de eso hacía ya una hora aproximadamente. Aparentemente, Tenten había resultado levemente herida pero no era nada grave e Ino se estaba encargando de ello en aquel preciso instante. Hinata había desaparecido junto con las otras dos Kunoichi, quizá para ayudar o velar por el bienestar de ambas. Hinata, después de todo, era demasiado amable con todos ellos. Kiba, por su parte, se encontraba alimentando a Akamaru y asegurándose de que su fiel compañero estuviera en perfecto estado para el regreso. El cual debía ser pronto. Eso pensaba al menos Sakura, pues Naruto y Sasuke estaban demasiado dañados como para permanecer allí demasiado tiempo. Sin contar, por supuesto, los prisioneros que llevaban con ellos y que habían formado parte del equipo de Sasuke. Los cuales debían inmediatamente ser recluidos en alguna celda de alta seguridad.

Alzando la vista, contempló el rojo del cielo alcanzar cada rincón de este en hebras doradas de luz. El sol ya no se encontraba en ningún lugar en lo alto, ya no se veía a simple vista, sino que se percibía su presencia en la distancia, en el horizonte, donde solo podían verlo a través de los frondosos árboles del oscuro bosque. Pronto llegaría la noche, y con ella perderían varias horas de viaje.

Intentando incorporarse notó que fallaba estrepitosamente en hacerlo. Cada vez que intentaba ponerse de pie, sus rodillas cedían y su cuerpo ejercía un peso que no correspondía al habitual que debía ejercer por la ley de gravedad. O, al menos, esa era la sensación que Sakura tenía. Volviendo a recostarse contra el árbol, suspiró; volviendo la vista a sus dos compañeros de equipo. A su lado, sintió la presencia de alguien más sentarse de igual forma junto a ella. Sin siquiera voltearse, murmuró —Kakashi-sensei...

Éste la observó simplemente. Sin decir absolutamente nada. Solo aguardando que Sakura continuara con la idea que tenía estancada en la cabeza. Dejando reposar su propio cuerpo contra el tronco del mismo árbol. Sakura miró con ojos cansados a Sasuke, luego a Naruto y luego a Sasuke nuevamente —¿Qué pasará...? ¿Qué pasará con Sasuke-kun cuando lleguemos a la aldea?

El hombre negó con la cabeza, apoyando sus dos codos sobre sus rodillas —No lo sé. Sasuke está condenado por el libro bingo.

La pelirrosa asintió. Si, eso lo sabía. Aún así, no evitaba que la situación doliera menos. La realidad no lograba sacudirla como Sakura deseaba que lo hiciera. Porque, en verdad, deseaba poder comprender que Sasuke estaba condenado por el mundo shinobi. Deseaba poder aprehender la posibilidad de que este muriera de regreso a Konoha, lo cual era lo más probable; pero no podía hacerlo. No podía comprenderlo. No quería hacerlo.

4X: Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora