Boomerang

45 4 0
                                    

Intentó sacudirlo ligeramente, dentro de las posibilidades que ofrecía la posición en que se encontraba, pero sin respuesta a cambio —¡Sasuke-kun!

Nada. Lo sacudió una vez más, aún cuidando de no dejarlo caer, pero nuevamente nada sucedió. Sabía que respiraba, si bien superficialmente, pues podía sentir el aliento frío de él en su cuello, en la curva de este, en la unión con el hombro, allí donde yacía recostada la cabeza del moreno lánguidamente, enterrada entre sus cortos cabellos rosados. Eventualmente, lo sentía inhalar muy suavemente y luego exhalar de la misma forma. El aire que escapaba de sus labios parecía helado, como si de un instante al otro fuera a solidificarse en pequeños cubitos de hielo. Ahora que se concentraba en la temperatura corporal de él, podía notar que Sasuke estaba helado. Todo su cuerpo, inclusive su piel se sentía fría contra la cálida de ella. Y la palidez que manifestaba no era señal positiva alguna, tampoco.

—¡Sasuke-kun! ¡Sasuke-kun! —volvió a insistir, empezando a preocuparse más a cada segundo. Las cosquillas que el respirar de él le provocaban se fueron haciendo más y más espaciadas, y el corazón de él que había logrado oír en un primer momento a través de su caja toráxica ya casi no se oía—. ¡Sasuke-kun!

Rápidamente, y como pudo, lo llevó hasta la cama en la que había yacido antes y lo recostó cuidadosamente. Una vez allí, recolocó los tubos, reinsertó las agujas en su piel dañada y encendió las máquinas nuevamente. Luego de esto, comenzó a examinar sus signos vitales frenéticamente. Por favor Sasuke-kun... no te mueras... No. Eso no pasaría. Estaba decidida a arreglarlo. Era cierto, que había sido un descuido de parte de él el utilizar un jutsu que requería tanto chakra como el que había utilizado pero respecto a eso ya nada podía hacer. Ahora todo lo que quedaba era intentar mantenerlo vivo, a todo lugar.

—Resiste Sasuke-kun... —susurró, arrodillándose al borde de la cama, haciendo que esta se hundiera bajo su peso, y colocando ambas manos –palma hacia abajo y dedos extendidos- contra su cuerpo, mas específicamente, contra el lugar donde se encontraba su corazón.

Tomando aire, comenzó a hacer fluir su chakra desde los orificios invisibles de chakra de su mano y hacia el cuerpo de él, una y otra vez, al principio con ningún resultado.

Desesperada, aumentó el flujo de chakra y utilizó todas sus fuerzas para mantenerlo corriendo, empezando a sentir lentamente el corazón de él reaccionar a esta. No obstante, el latido aún era demasiado débil y si cesaba ahora lo más probable era que Sasuke muriera. Y eso era algo que ella simplemente no podía permitirse.

Una vez más, dando una gran bocanada de aire, concentró todas sus fuerzas en la tarea que estaba haciendo y que tenía por delante. Sasuke aún estaba frío, pero esperaba que pronto aquello empezara a surgir efecto y rogaba que lo hiciera lo antes posible. Temía lo peor, debía admitirlo, pero también sabía que debía ser optimista. Y, por nada del mundo, se rendiría.

Aún recordaba aquella noche. De hecho, nunca había podido olvidarla. ¿Qué haces merodeando por aquí de noche? Nunca había podido olvidar esa vez, que había sido el mayor fracaso de su vida. Porque para salir de la aldea, tienes que tomar este camino... Nunca había podido dejar ir el hecho de que había sido incapaz de detenerlo. Incapaz de persuadirlo, ni siquiera había intentado obligarlo. Ve a casa y duerme. Eso era todo lo que él le había dicho, pero ella no podía. Simplemente no podía. Lo quería mucho, lo apreciaba mucho, lo amaba mucho, para hacer lo que él el pedía que hiciera. No quería que se fuera, nunca lo había querido. ¿Por qué? ¿Por qué no me dices nada? ¿Por qué siempre te quedas callado? ¿Por qué no me dices nada a mi?. Era obvio, a pesar de lo que los demás creían, Sakura no era tan tonta como para no saber la respuesta a aquello. No, la sabía. Simplemente quería oírla de los labios de él, solo quería –por una vez- recibir algún tipo de respuesta de él. ¿Por qué tendría que decirte algo? No es asunto tuyoDeja de preocuparte por lo que yo hago. Aún si la respuesta fuera obvia para ella y la hubiera sabido desde siempre. Tu siempre... tu siempre me has odiado, ¿no?

4X: Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora