Desmoronándose

58 6 0
                                    

Jamás permitiría aquello —¡Te llevaré conmigo! —e inmediatamente comenzó a hacer fluir chakra al extremo de su brazo derecho con la ayuda de varios clones convocados previamente —¡Fuuton! ¡Ransenshuriken!.

Sasuke hizo lo mismo, haciendo que el techo de la cueva se partiera y una tormenta se formara sobre sus cabezas. Cientos de rayos descendiendo hasta la mano del Uchiha —¡Kirin!

E inmediatamente una gran onda expansiva se propagó alrededor del impacto de las técnicas de ambos. Sakura, quien permanecía cerca del impacto logró alejarse justo a tiempo para evitar ser pulverizada. Sin embargo, parte del impacto logró alcanzarla arrojándola lejos contra una gran montaña de rocas derrumbadas. Semiinconsciente permaneció allí por unos segundos, intentando incorporarse torpemente. Parte del lado derecho de su cuerpo dolía terriblemente. Como si hubiera sido quemado, sin embargo, a la vista, no parecía haber demasiado daño aparente. El daño debía ser interno. Pero por más que así lo quiso, en ese instante, no logró siquiera sentarse y tuvo que conformarse con oír los ataques que Naruto y Sasuke seguían ejecutando el uno contra el otro. Con una lágrima en la comisura del ojo, murmuró, solo para ella misma; pues era imposible que ambos combatientes pudieran oírla —N-Naruto... Sasuke-kun... no mueran.

Aún si segundos antes había deseado quitarle la vida a Sasuke por sí misma, y aún creía necesario hacerlo, no lo deseaba. Naruto, una vez más, aún con el espíritu fracturado, le había hecho desear creer que todo podría estar bien. En un futuro lejano, quizá. Que todo podría retornar a la normalidad. Que no había necesidad de una guerra ni de una muerte más. Naruto le había hecho creer que aún había forma de salvar a Sasuke, aunque ni ella misma lo creyera. Aún si ni siquiera Sasuke lo creyera. Al levantar la vista, sumamente dolida; pudo ver los ojos de Naruto cambiar lentamente de color, de azul profundo a un intenso dorado, así como también observó la aparición de unas marcas alrededor de sus ojos. Sus pupilas, antes perfectamente esféricas, habían adquirido una forma más bien ovalada y extendida más horizontal que verticalmente. Naruto acababa de adquirir el modo ermitaño solo para enfrentar a Sasuke. Los ojos de Sasuke, por el contrario, acababan de modificar su patrón. Ahora, más bien, parecían un calidoscopio negro y escarlata. Sasuke acababa de despertar su Mangekyou sharingan.

Unos instantes después, Naruto estaba aún frente a Sasuke, pero a su alrededor solo había escombros y cuerpos regados por todos lados. Aterrado, descubrió al instante donde se encontraba. Aquella imagen devastada, aquella escena de caos y ruina, no era otra que Konoha.

Sasuke permaneció inalterado —¿Ya lo comprendiste? No regresaré. Si lo hago, este será el futuro de esa aldea que tanto amas. Esa aldea que amas pero que nunca te amó.

Naruto rechinó los dientes y apretó los puños —No. Te equivocas. Tuviste tu oportunidad Sasuke, y no lo hiciste.

El Uchiha continuó con su semblante serio —¡Hmp! No se de que hablas.

—Esa vez, tú entraste a Konoha. Tú obligaste a Danzou a huir. Tú asesinaste a los consejeros.

Debajo de la máscara de frialdad, una sonrisa maliciosa y sádica asomaba, una que no podía verse pero que flotaba en el aire como una nube de aire contaminado —No tenía nada que ver contigo, esos ancianos eran parte de mi venganza.

Naruto negó con la cabeza —Podrías haber destruido a Konoha, podrías haberlos matado a todos. Podrías haberte librado de Danzou en ese instante. No lo hiciste.

Sasuke se dio media vuelta —¡Hmp! —y sin decir más el cielo rojo que se alzaba sobre sus cabezas, cubierto con nubes negras que se trasladaban a gran velocidad, empezó a moverse rápidamente.

Naruto sintió un dolor inmenso en su pecho, luego otro y otro, y otro. Una y otra vez, el dolor se repitió, con Sasuke contemplando la escena con el semblante frío y los ojos rojos. Lentamente, el dolor forzó a Naruto a doblarse sobre sí mismo y caer de rodillas al suelo. Aún así, no se movió, no rogó que lo sacaran de aquella pesadilla, no dijo nada; simplemente continuó resistiendo el dolor una y otra vez.

4X: Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora