Seulgi agarra su maleta y sale a la calle. Su mamá la sigue. Su carro está estacionado afuera. La hija espera a que la madre lo abra y después entra en él.
— ¿A dónde iremos? — Pregunta la adolescente.
—A unos apartamentos que están en el centro—. Su madre arranca el carro. No hablan por unos momentos. Hasta que ella toma la palabra otra vez. — Y esa chica Irene... ¿Desde cuándo son amigas?
—Desde hace poco...
—Ah... ¿Y se llevan muy bien?
—Pues...eso creo...
— ¿Ella cómo es contigo?
—Es muy agradable.
— ¿Te agrada mucho? — Su progenitora hace hincapié en esa pregunta.
—S-sí...es muy amable—. ¿Va a seguir haciendo preguntas sobre Irene? Sólo logra que la dibujante se ponga nerviosa. —Aammm...me habla...
La piloto ríe.
— ¿Y que los demás no?
—Bueno, Joy también lo hace, pero eso es porque le ayudo con mate.
— ¿Es en serio? — Pregunta ella, comenzando a tener un tono de preocupación en su voz.
—Sí...
— ¿No hablas con nadie?
—No realmente...
— ¿Por qué?
—Mis compañeros no se me acercan. Opinan que soy...anormal...
—Y... ¿con quién te juntas en los recesos?
—Con nadie. Me pongo a dibujar.
Su mamá ve a Seulgi con cara de tristeza, pero también con una expresión de quien no se cree por completo lo que oye...o no quiere creerlo.
Antes de notarlo, ya están frente a su hogar temporal, pues la mujer se estaciona en el pequeño edifico de departamentos. El sitio posee un color arena con un poco de azul. Tiene ventanales de buen tamaño y parece que hay 6 secciones/departamentos separados.
—Bájate—. Dice la madre. —Seulgi, no quiero que le cuentes a nadie de esto. No queremos ser víctimas del "Qué dirán".
—Está bien...
Bajan del vehículo. En la entrada del lugar hay un hombre que parece estar esperando a alguien, lo saludan cordialmente y él les corresponde.
Entran al lugar. El pasillo es amplio, con las paredes forradas de alfombra azul y el piso de una brillante imitación de mármol. Hay una máquina expendedora no muy lejos de la entrada. De las escaleras del lugar desciende un hombre que parece estar entrando en los cuarenta, mira fijamente a la progenitora y a Seulgi
—Disculpe—. Dice la mujer. —¿No sabe dónde está el casero del edificio?
—Soy yo.
—¡Ah! ¡Qué bien!
Ella empieza a hablar con el señor y la hija se distrae a ver un poco mejor el interior. Cuenta las puertas, ve los nombres de las familias en los buzones, ve los alimentos de la máquina expendedora, etc.
En ese instante que se aleja de la máquina choca con una persona quien caminaba de prisa. Estaba distraída y no se percató de que se aproximaba.
—¡Perdón!
La persona cae al suelo y deja salir de su mano un dije de plata. La dibujante no sabe si es un chico o una chica, pues usa una sudadera con una gran capucha que le cubre la cara.
—Ten, se te cayó—. Seulgi le entrega el dije en la mano y las dos se incorporan.
—Oye...tú... ¿crees en fantasmas? — Pregunta esa persona.
—¿Eh?
—Nada. Olvídalo.
La persona se va velozmente de ahí y sube las escaleras. Se veía alterada.
Pero qué persona tan extraña.
¿Habría algún fantasma en el edifico?
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Anormal (SeulRene ver.) {Terminado}
Fanfiction¿Alguna vez has sentido que no perteneces? ¿Alguna vez te has sentido incomprendido? ¿Alguna vez te has sentido "Anormal"? ¿Sabes lo que es enamorarse de un imposible y sentir que los separa un gran muro invisible? ¿Has sentido el temor de anhelar a...