Parte 42

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Después de un rato caminando Seulgi llega a la entrada de su edificio de departamentos. Recuerda el raro encuentro que tuvo con la persona del dije, parecía de su edad. ¿Quién habría sido ese alguien tan misterioso?

La dibujante va hacia la puerta de su apartamento y saca las llaves, pero ya está abierto.

Entra y se encuentra con su mamá.

—¡Hola, hija!

—H-hola—. No esperaba verla ahí. —¿No fuiste a trabajar?

—Sí, pero pedí salir temprano.

—¿Por qué?

—Pues para estar contigo. Hace bastante que no comemos juntas.

—Qué raro...— Dice para sí misma la adolescente.

—Te tardaste un poco, ¿no?

—¿Eh? ¡Ah, sí! Me encontré con una amiga...

—¿Irene? —Pregunta con interés la madre.

—¿Irene? No, otra persona.

—Oh...Por cierto...dices que esa muchacha es tu amiga, ¿no?

—Sí...

—Deberías invitarla a comer.

—¿¡Ah!?

—Me gustaría conocerla.

—¿¡Por qué!?

—Tengo que ver con qué tipo de gente se junta mi hija—. Pero qué buena excusa...—Pregúntale qué le gusta y se lo cocino.

—N-no lo sé, mamá.

—¡Vamos! ¡De seguro es una buena chica!

Lo es, pero ¡qué incómodo sería! Seulgi no sabría de qué hablar en absoluto. ¿Cuántos silencios habría? ¡Muchísimos! La atmósfera sin duda sería súper rara.

—Pues...le diré a ver qué piensa...

—Vale. Ahora ayúdame a cocinar. Serás mi ayudante el día de hoy—. Indica su madre.

Durante el proceso parece al revés, pues la dibujante es mejor cocinando que ella.

—¡Wow! Eres buena. Creo que yo ya he perdido la práctica—. Confiesa la progenitora.

—Todo lo aprendí viendo tutoriales en Youtube.

—¿En serio? Muéstrame esos vídeos un día de estos.

—¿Qué ha pasado con mi papá...? —Pregunta de forma temerosa.

La mujer frente a ella suspira.

—No veo que las cosas mejoren...A este paso...

De pronto el timbre suena.

—Yo voy—. Dice la hija. ¿Quién será?

Cuando abre la puerta se encuentra con Joy. La tutora lo había olvidado.

—Hola—. Saluda ella tímidamente.

—Hola, Joy.

—¿Quién es? — Cuestiona la mamá.

—Es Joy. Pasa—. La invita Seulgi.

—Con permiso—. La chica hace lo que le piden y después se quita los zapatos, los cuales deposita al lado de la puerta.

—Hola, Joy—. Comenta la madre.

—Buenas tardes—. Le responde la muchacha.

—Viene a que la ayude con matemáticas—. Aclara la dibujante.

—Oh, ya veo. Estamos a punto de sentarnos a comer, ¿nos acompañas?

—Gracias, yo ya comí.

—Bueno, comeré rápido y luego empezamos, ¿está bien? — Avisa la tutora.

—Sí. ¿Puedo sentarme? —Dice señalando uno de los sillones junto al comedor.

—Adelante—. Confirma la progenitora.

—Gracias—. Finaliza la joven.

Mientras come, la hija no puede evitar notar cómo su mamá examina a Joy detalladamente, a la par que ella juega con su celular.

Anormal (SeulRene ver.) {Terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora