Parte 41

332 50 0
                                    


Seulgi está aprisionada contra la pared. Se siente en shock y asustada. Nota que detrás de Baekhyun se haya Daniel quien únicamente observa.

—¡Aléjate de una maldita vez de Irene, estúpida fenómeno! —¿¡Qué hace la chica!? No puede defenderse. ¡Son dos contra una! Está indefensa a merced del chico. —¿¡Qué no entiendes que sólo la molestas!? ¡Únicamente se te acerca por lástima! ¡Ella no te quiere!

Eso lo sabe la dibujante, porque, al menos no la quiere de la forma que le gustaría. Pero sí la aprecia.

—¡A-a ti tampoco! — Exclama al fin la joven, en una oleada de valor que sale de su boca. Enseguida se arrepiente.

—¡Repítelo cuando te saque los dientes!

El muchacho alza su puño. Listo para golpear a la muchacha. Ella pone sus brazos sobre su cara instintivamente, esperando a recibir aquella fuerza en ellos.

—¡Agh! — Mas sorpresivamente la adolescente escucha el quejido de su atacante.

—¡Déjala en paz, tarado! — Seulgi abre los ojos y descubre a su defensora, es Wendy. Después ve un libro tirado a los pies de su atacante.

—¡Ah! ¡Pero si es la tortillera de la escuela! — Dice El joven sin soltar a su presa. —Agárrala, Daniel.

—¡Aléjate, imbécil! — La chica intenta apartarse, pero Daniel es más fuerte y rápido que ella, por lo que momentos después está acorralada junto a la dibujante en la pared.

—¡Pero qué suerte la mía! ¡Podré desquitarme con mis dos estorbos!

—¡Adelante, pégame! — Le grita Wen.

—Será un gusto, asquerosa lesbiana—. La susodicha se asusta. El muchacho cambia de lugar con Daniel y ahora es su secuaz el que mantiene atrapada a Seulgi.

—¡Quiero ve-ver qué piensa Irene lu-luego de que vea mis heridas —Baekhyun aproxima su puño a la cara de la salvadora y ella cierra los ojos, pero se detiene a pocos centímetros.—y le diga quién fue!

—¡Dices una palabra y te rompo los sucios dedos para que no los vuelvas a meter en ningún lugar! — La amenaza.

—¡Hazlo! ¡Tengo un respaldo! — La joven voltea a ver a quien defendía. —Dos personas a las que Irene aprecia llenas de heridas. ¿No piensas que nos crea?

Daniel parece dudar y preocuparse, pero únicamente observa a su amigo. Ambos intercambian miradas. Después Baekhyun aleja a Wendy de la pared, pero sólo para estamparla de nuevo contra esta de manera muy brusca.

—Sostenla, Daniel—. El chico hace lo que su amigo le pide. Daniel toma el libro de Wen, saca un encendedor y comienza a quemarlo, mientras se aleja.

—¡Mi libro! — Exclama la muchacha y trata de soltarse de su captor, cosa que no logra.

El incendiario joven sopla la flama y lo apaga. Para luego meter el libro bajo su hombro.

—Tuvieron suerte. Vámonos, Daniel.

Daniel los suelta y va detrás de su compañero. Los dos se alejan caminando.

—¿Estás bien? — Pregunta Seulgi.

—Sí. ¿Y tú?

—También. ¡Gracias!

—No me agradezcas. Cualquiera hubiera hecho lo mismo.

—¿Conmigo? Lo dudo...

—¿Por qué?

—La mayoría de las personas se burlan de mí, a los demás no les agrado. ¿No has oído hablar de mí? La anormal.

—¡Oh! ¡Eres tú! — Asiente la susodicha. —¿Cómo te llamas?

—Seulgi.

—Yo soy Wendy.

—Sí, ya te conocía, al menos de vista...

—Baekhyun no se las acabará una vez que le cuente a Irene—. Advierte la defensora.

—¿Le vas a contar?

—¡Claro! — Responde de manera obvia.

—¿Piensas que te creerá?

—¿Por qué no habría de hacerlo...?

—Es sólo que hay veces en las que sus amigos son groseros conmigo y yo nunca he visto que ella haga nada por defenderme. Aunque...

Ahora la agredida había sido la futura novia de Irene. Seguramente ahí sí tomará cartas en el asunto.

—¿Irene? Debe pensar que es una broma. Ella no es así. Pero es probable que si le contamos le pregunte a Baekhyun y él le invente que todo fue un juego y lo exageramos. No pasaría de molestarse. Es cierto que a veces se pasa de buena. Ojalá me hubiese golpeado o devuelto mi libro. Así tendría pruebas... ¿Vives lejos de aquí?

—Algo... ¿Por qué?

—Para acompañarte. Quién sabe si esos malandros intenten hacer algo otra vez.

—No creo que sepan por dónde me voy. Ahora debo tomar un camino diferente al que solía tomar.

—¿Estarás bien sola?

—No te preocupes.

—Entonces supongo que ya me voy. ¡Vaya drama acabamos de vivir!

—Ni que lo digas.

—Espero verte pronto, Seulgi. Adiós.

—¡Adiós y gracias de nuevo!

Wendy le sonríe y después la dibujante la mira alejarse, dándole la espalda.

Anormal (SeulRene ver.) {Terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora