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Mateo

Después de anoche haberle dicho algunas palabras lindas a Aye, caí rendido.
La verdad, no entiendo que me está pasando, antes de conocerla creí que mis sentimientos hacía Nicole estaban 100% confirmados y desde esa vez que entré a la pieza y la ví tirada a Ayelén, todo cambió, ahora mis sentimientos hacía Nicki desaparecieron y parece que se fueron hacía Ayelen.

Estaba durmiendo lo más tranquilo y sentí que Aye se levantó de golpe, me desperté asustado y estaba sentada en la cama, bastante agitada. La puta madre.

- Aye, tranquila, respira, seguí mi respiración. Estoy yo con vos, no estás sola, no te estás muriendo, no te va a pasar nada, estoy acá con vos cuidándote. -Dije rápidamente.

- Gracias... Creo que me agarró porque es la primera vez que duermo con un chico después de todo lo que pasó, yo en el departamento dormía con Esteban, no tenía habitación propia porque por ahí el se despertaba con ganas de cojer a las 4 de la mañana y yo tenía que "atenderlo" y bueno no sé si será por eso, perdón que te desperté.


- Tranquila, ya te dijimos con los chicos que dejes de darnos explicaciones sobre lo que te hacía porque te hace mal recordar y no me molesta despertarme para ayudarte, por algo vine el finde acá a hacerte compañía, ¿sí? -Dije y asintió.

- Te quiero Mateo.

- Yo también mamichula -Dije y reímos- ¿Querés volver a dormir?

- Se me fue el sueño, ¿vos?.

- ¿Qué te parece si vemos algo? No tengo sueño tampoco. -Dije y asintió.


- ¿Y si vemos tus batallas? La otra vez con los chicos vimos la de ellos y me faltan ver las tuyas.

- ¿Escuchaste nuestras canciones ya?.

- Sí, todas. Me encantan... Ahora dale, pone las batallas.

Y así pasamos toda la madrugada, literalmente toda, nos dormimos a las 11 de la mañana recién.
Había pasado una de las mejores noches de mí vida, porque ella generaba eso, con la cosa más mínima me generaba felicidad y transformaba todo lo común en algo "felíz" para mí. Ayelén me tiene hasta las re manos.

Ese mismo día nos despertamos a las 5 de la tarde por ahí, re productivo nuestro sábado la verdad.

- Dale morsa, vamos a comer algo. -Dijo despertandome con suavidad.

- Buen día. -Dije estirandome.

- Me voy a arrepentir de decir esto en algún momento, pero me re gusta tu voz ronca. -Dijo y se fue corriendo a ver que podíamos comer.

A mí me gusta todo de vos, Aye.

Voy a esperar a que estés completamente bien, a que te sientas realmente cómoda, y en algún momento voy a dar un paso más.
Solo es cuestión de tiempo, o eso espero.

resistir ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora