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Ayelén

Después de horas, ya me encontraba a punto de entrar al orfanato, mi nuevo hogar. Sinceramente, tengo muchísimo miedo, estoy acostumbrada al maltrato y eso, pero es muy diferente. Quiero tirar la valija e irme corriendo y volver con mis amigos y Romina, con la gente que verdaderamente me hace felíz.

Los policías me dejaron en la puerta y toqué timbre, esperé unos segundos y apareció una señora con tremenda cara de orto. Ya me agarró miedo.

- Soy Ayelén Barrios. Vengo de Buenos Aires. ¿Usted es la señora Diana? -Pregunté y asintió para dejarme pasar.

- Señorita Diana, no señora. - Dijo y asentí, luego bajé la cabeza. Ya extraño mi casa- Sígame, en la dirección la espera la señorita Mercedes, la dueña de todo esto -Asenti y comencé a caminar.

Caminamos unos pasos y llegamos a una oficina. Por lo que pude ver, el ambiente era muy raro, había demasiado silencio, no había nada colorido, era todo muy serio. Repito, tengo muchísimo miedo.
La señorita Diana tocó la puerta y esperamos unos segundos hasta que escuchamos un “Puede pasar”.

- Permiso. -Dije entrando.

- Señorita Mercedes, acá le traigo a la nueva chica, por la que llamaron temprano. -Dijo Diana.

- Está bien, váyase Diana, gracias. -Habló Mercedes.

Diana asintió y salió de la dirección dejándome sola con Mercedes, para serles sincera, le tenía más miedo al lugar en sí, que a Mercedes.

- Un gusto, señorita Mercedes.

- Un gusto, Ayelén. Supongo que la abogada ya te dijo un poco como es todo acá, no? -Asenti- Perfecto, ahora voy a llamar a alguna de las chicas para que te guíe hacía la habitación y para que te muestre todo el hogar. Bienvenida, ojalá tu estadía acá te agrade.

- Muchísimas gracias -Dije, sonrió y se levantó, imite su acción y caminamos hacia el living de la casa, donde estaban aproximadamente 6 chicos y 5 chicas en los sillones, esperando por lo que veo.

- Cierren la boca que la señorita Mercedes va a hablar. -Dijo Diana.

- Gracias Diana. Ella es Ayelén, va a estar con nosotros aún no sabemos cuanto tiempo, tiene 17 años y viene de Buenos Aires. Espero que la reciban bien y sean amables. Lola -Una chica rubia la miró atenta- Haceme el favor de mostrarle la habitación y el resto de la casa, por favor.

- Perfecto. -Dijo la rubia.

- Bueno, yo me retiro. Ustedes encarguense de Ayelén. Nos vemos, ojo.

Todos asentimos y Mercedes se fue, Lola me ayudó con mi valija y subimos la escalera hasta una habitación muy chiquita con 6 camas, era muy chiquita enserio.

- Lo sé, es una habitación diminuta -Dijo y asenti- No tenemos lugar para absolutamente nada, nuestra ropa la dejamos en el sótano, ahí es el único lugar donde entran armarios y con los chicos metimos todo ahí. Vamos que te sigo mostrando.

Me mostró todo el hogar y era bastante lindo, también conocí al cocinero, Nahuel, que era un amor, creo que él sería lo más bueno de acá. Además de Lola, fue la que mejor me cayó.

Las chicas además de Lola, Kiara, Yanet y Xoana me cayeron muy bien y me trataron excelente, en cambio Candela, me trató como el orto y me miraba muy mal. Estúpida.
A los chicos no tuve la oportunidad de conocerlos bien, solo me dijeron sus nombres, Lucas, Tomás, Santiago, Elian y Ramiro.

Todo bien con ellos pero no le llegan a mis amigos ni a palos, hablando de ellos, los extraño un montón, ya los necesito conmigo.
Después de todo, no parece tan mal hogar, seguro solo tiene mala fama.
O eso quiero suponer, espero no equivocarme.

resistir ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora