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A los días ya estábamos alistando todo para el matrimonio de mamá.

Nos vestimos apropiadamente para la ocasión, papá con su traje azul oscuro y yo con el mío negro.

-¿De donde sacaste ese traje gatito?–Preguntó papá cuando me vio bajando las escaleras.

-Jungkook me lo compró para el matrimonio de su hermana–Le dije asiendo el nudo de su corbata.

-Estas muy lindo–Acomodó mi cabello con una hermosa sonrisa.

Papá estaba delgado, un poco más de lo normal.. nadie se daría cuenta a simple vista pero como dijó papá un dia.. "yo notaría hasta el más mínimo cambio en ti".

-Jungkook te llamó dos veces–Dijó papá dándome el celular. -¿Por que te llama?.

-Lo llamé en la mañana y no me contestó, le dije que me devolviera la llamada–Tomé el celular y le sonreí leve. -Subiré para hablar con él.

-Jimin no caigas otra vez–Papá me agarró del brazo. -No dejes que ese hombre te ilucione de nuevo, no quiero verte sufrir.

Ver su triste rostro me hizo dar cuenta que yo no estaba comportandome como debía, que le causaba más preocupación de la que debía.

-No lo haré papá–Me acerqué a él y tome su rostro entre mis manos. -Prometo que no volveré a estar a los pies de ningun hombre, el amor no es para todos...

-Un dia lo encontrarás–Suspiró pesado.

-Talvez.. o talvez no pa.. pero me comportare mejor, te lo prometo.

Besé la frente de mi padre y subí a mi habitación, cerré la puerta y busqué el número de Jungkook. Marqué el número y esperé a que contestará.

-No me contestaste cuando
te llame–Me dijo serío.

-Estaba ocupado arreglándome
para una fiesta, debo estar bien
para el hombre más guapo de
la tierra.

-Oye pensé que ese era yo–Fingió
estar molesto.

-Eres el segundo, mi padre es el
primero.. él ocupa el primer puesto
de todo en todo–Suspiré pesado.
-¿Como estas?.

-Bien y tu?.

-Bien, sigo vivo.. te llame para
decirte feliz cumpleaños.

-Gracias por acordarte, pensé
que querías hablar conmigo por
otra cosa–Escuche su pesado
suspiro.

-No veo de qué deberíamos
hablar.

-¡HIJO LLEGÓ EL TAXI, APÚRATE!–Gritó papá desde abajo.

-Debo irme, llegó el taxi por
nosotros.

-¿Podemos vernos mañana?.

-Si, por supuesto, ¿donde?.

-Las veces que te lleve a tu
departamento ví una cafetería
cerca, podemos tomar un café y
comer... ¿te parece?.

-Esta bien, ¿a que horas?.

-A las 9, pasó por tí.. nos vemos.

-Yo llegó haya, adiós, cuídate.

-Tu también cuídate y diviértete
en tu fiesta.. adiós Jimin.

-Felicidades.

Corte la llamada y guarde el celular, respiré profundo tratando de recuperar las fuerzas que había perdido hace unos minutos con solo escuchar su voz.

Salí de la habitación y baje al primer piso, salí corriendo de la casa con mis cosas en las manos y me subí al taxi junto a papá.

-¿Todo bien?–Preguntó cuando cerré la puerta.

-Si papá.. todo bien–Le sonreí grande.

El taxi nos llevó por el camino a la iglesia, yo entregaría a mamá al altar para su segundo matrimonio.

Después de unos minutos llegamos al lugar pagamos y bajamos del taxi.. entramos e instantáneamente mi tía me arrastró hasta donde mi madre.

Ella con sus lindas canas adornando su liso y largo cabello me miraba con una enorme sonrisa, estaba hermosa... ella es hermosa, me acerqué, le di un beso en la frente y le arregle unos pequeños detalles en su cabello.

-¿Que tienes pollito? te veo muy triste–Preguntó un poco preocupada.

-No tengo nada mamá, hoy sólo concéntrate en ti... es tu día, no dejes de sonreír.

Mamá se agarró de mi brazo y nos fuimos al altar, el hombre japonés estaba esperándola.. se veía nervioso. Al mismo tiempo que empezó la melodía la entrada de mamá empezó.

La entregué al hombre y le advertí que si no la cuidaba desataria toda mi irá en él. Ella se río y me dio un beso en la mejilla.

El acto empezó.. papá y yo nos sentamos de últimos, esto sería mejor si no estuviera pasando por una mala situación. Cuando todo se acabó debíamos ir a la fiesta, la última fiesta como dijo papá.

Fuimos, llegamos y saludamos a todos los amigos conocidos... no tardaron en llegar los malos comentarios por que el exesposo de mamá había venido a su matrimonio pero lo que no sabían era que ellos no se separaron por que se acabó el amor si no por que perdieron a la luz de sus ojos. Desde que murió Suni la vida de todos se acabó y más la de ellos.

-¿Me permite este bailé?–Preguntó papá interrumpiendo mis pensamientos.

Me reí y tome su mano, no nos mezclamos con los demás.. nos paramos lejos de ellos donde pudiéramos hablar.

-¿Que hare cuando no estés?–Le pregunté acostado en su hombro.

-Salir adelante, seguir siendo fuerte y ser feliz..

-Eres lo único que me mantenía después de que ella se fue–Le dije cerrando los ojos.

-Aun te quedará tu madre, por más que ella se casara otra vez podrás contar con ella...

-Ella no me cantará cuando esté triste, no acariciara mi cabello por las noches, no dormirá conmigo, no se sentara horas y horas a escuchar mis estupideces... ella tiene una nueva familia–Levante el rostro y lo miré. -Eres lo único que me hacia levantar cada mañana.

-Debiste hacerlo por tí.. no por mí.

La fiesta siguió.. fume, bebí y hice reír a papá para que olvidará que moría.

Que si la era difícil yo diré que no.. al pasar de los años aprendí que la vida es blanco o negro, la gente vive y muere, unos más rápido que otros pero al fin siempre pasa.... hay un poco porcentaje de personas en el mundo que no ve morir a nadie que ama pero hay otro porcentaje que pierde una y otra vez a todo lo que ama y ahí entró yo.

Soy Un Desastre (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora