Mini Relatos

Fama

Ser famosa no es nada sencillo. Admito que todo eso de recibir atención es agradable, pero al mismo tiempo agotador. Ser hermosa y famosa es una carga porque por donde sea que paso siempre gritan. Me persiguen durante horas para atraparme, pero logro escabullirme. Y me rio cuando no me atrapan, sobre todo porque me salgo con la mía. Caminar por las calles no siempre es seguro o puedo tener problemas cuando soy reconocida y me toca salir corriendo. Pero cuando puedo salir, en un día tranquilo, me doy banquetes cada vez que piso una ciudad diferente. Sin querer llamo la atención a cada restaurante al que voy y me reciben con euforia. A veces tengo que salir huyendo para que no me alcance una horda de personas dichosas por conocerme.

Ah... la vida de un famoso. Deseada por muchos y odiada por otros. Ya no puedo comer tranquila sin que alguien grite cuando me ve. Es tan agotador esto de tener un pelo reluciente y una cara atractiva y tierna. A veces pienso en renunciar, pero luego recuerdo la euforia y adrenalina recorriendo el cuerpo que me arrepiento. Además, no podría darme banquetes cuando me plazca, justo como esta noche. Iré a ese nuevo restaurante francés. He oído que la comida es exquisita y no puedo resistirme a esa tentación. Da lo mismo que mis fans sepan que estaré ahí. Iré a como dé lugar.

Camino con elegancia recibiendo los ya tan conocidos gritos cuando paso por la calle. Mi novio no se perdería esto por nada, por lo que cuando entro ya está ahí. El olor nos envuelve en un aura electrizante haciendo rugir nuestros estómagos. Nos dirigimos al comedor donde el chef nos espera con su mejor plato para lucirse con tremendos comensales como nosotros.

A penas entramos a la cocinería, los chefs y las personas nos reciben gritando:

―¡Ratas!

Ahí están mis fans. Son tan adorables. Tendremos que huir de nuevo antes de que nos atrapen. ¡Ah! La vida de una famosa no es sencilla.