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"Backbeat, the word was on the street That the fire in your heart is out I'm sure you've heard it all before But you never really had a doubt I don't believe that anybody Feels the way I do about you now And all the roads we have to walk are winding And all the lights that lead us there are blinding There are many things that I Would like to say to you but I don't know how Because maybe, you're gonna be the one that saves me And after all, you're my wonderwall"
Wonderwall By Oasis
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- Gracias por dejar que me quede aquí. - Les agradecí a los padres de Finn mientras este cogía algunas mantas en el salón.
Ellos sonrieron mientras yo luchaba por no romper aquella falsa sonrisa.
- No tienes por qué darnos las gracias, aparte, eres la primera chica que Finn trae a casa. - Me susurró su madre para que el rizado no la escuchara
No sabía muy bien que contestar a aquello así que sencillamente no dije nada. Tampoco me apetecía hablar.
- Mills, vamos arriba.
Yo asentí, me despedí de sus padres con un gesto, y subí las escaleras para posteriormente adentrarme en la habitación de Finn.
En sus paredes estaban pegados muchos posters de grupos musicales de los 90s y 80s, mientras que también tenía una estantería llena de películas de Marvel.
- Siento si mis padres te han agobiado.
- No, han sido muy amables.
- ¿Qué ha pasado con tu madre? - Me preguntó intentando no sonar interesado en mi respuesta
Tomé aire al recordar toda la escena anteriormente vivida... ¿Estaba enfadada con mi madre? Creo que siempre lo había estado, muy en el fondo nunca pude olvidar aquel día, sus palabras...
- Solo... no me apetece mucho hablar del tema.
El rizado asintió. No insistió, cosa que agradecí profundamente.
- Tú duermes en la cama y yo en el suelo ¿Vale? - Preguntó más que nada para asegurarse de que yo estaba de acuerdo con eso.
Asentí y, sin esperar, me metí entre las sabanas.
Deseaba dormir, deseaba dormir y olvidarme de la mierda de día que había tenido, así que cerré mis ojos en el instante en el que mi cuerpo tocó aquellas sabanas.
Estuve con los ojos cerrados apróxidamente unos viente minutos que se me hicieron eternos, así que, cuando vi que estaba siendo imposible quedarme dormida, decidí comprobar si él estaba despierto también.
