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"You don't have to say you love me You don't have to say nothing You don't have to say you're mine
Honey
I'd walk through fire for you Just let me adore you Oh, honey I'd walk through fire for you Just let me adore you Like it's the only thing I'll ever do"
Adore you By Harry Styles
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Finn estaba sentado en mi cama, observandome mientras yo intentaba buscar las palabras adecuadas para explicarle lo que quería decirle.
Tenía miedo de decirlo mal, que se malinterpretasen mis palabras como tantas veces había pasado...
- Quiero que seas mi novio. - Dije finalmente. - Pero no sé si es buena idea que lo seas.
Los ojos del rizado comenzaron a brillar de una forma que nunca antes había visto... eso solo hizo que me gustara más.
- Yo creo que es una excelente idea, es decir, tú me gustas, yo te gusto ¿Cual es el problema? - Me preguntó él levántandose de la cama
Yo me encogí de hombros sin saber que decir, en mi cabeza todo tenía sentido pero cuando intentaba decirlo las palabras que tenía pensadas se escapaban de mi mente.
- Yo, creo que yo soy el problema.
- ¿Por qué dices eso? - Antes de que pudiera impedirlo sus brazos me rodeaban en un dulce abrazo.
Una de las cosas que amaba de él era que me veía como alguien normal. No como "una desequilibrada mental" o una "loca".
También me gustaba que mi pasado no me definiera para él.
Pero eso era justamente lo malo, al mismo tiempo que era bueno.
- Tú no me ves como lo que realmente soy. - Dije
- ¿Y qué eres Millie?
- Soy una inestable, eso es lo que soy. - Comencé. - A veces la ansiedad y los malos recuerdos comienzan a venir a mi y lo único que quiero es desaparecer o hacer que todo pare... a veces desearía que todo parasé un segundo. A veces necesito tiempo para respirar porque me ahogo, Finn.
El brazo se volvió más fuerte.
- Todos tenemos malos días Mills. - Intentaba consolarme desesperadamente, pero las cosas no son tan fáciles.
- En la vida hay que tener un balance, es decir, no siempre vamos a estar felices o tristes. Debe haber un, apróxidamente 70% de felicidad y 30% de tristeza. - Le expliqué. - Y para mi es 70% de tristeza y 30% de felicidad ¿Sabes?
Él negó
- Pues busca ese balance, intenta encontrarlo.
- ¡Llevo demasiado tiempo intentándolo Finn! ¡Y tú no eres mi psicologo, sé perfectamente que si estuvieramos juntos jugarías ese papel para mi! - Exclamé. - Y no quiero que sea así.
