Massimo deseaba olvidar los errores de su pasado, así es como conoce a la bailarina de danza contemporánea, Sofia.
¿Pero ella seria suficiente para hacerlo olvidar a quien estaba acostumbrado a amar?
Saga chicas malas
Libro I: 90 días
Libro II: Ánge...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Iba a bailes para quinceañeras,romances en sótanos de iglesias.
Sí, he llorado,desahogándome con los vagabundos del Bowery.
Es el único amor que he conocido,excepto por el escenario,
al que también llamo mi hogar."
Emilio sonreía feliz luego de leer la crítica su mañana no podía ser más asombrosa, su nombre estaba en lo alto de los tabloides y todo por su niña estrella varios medios creían que Sofia era la nueva estrella.
Abre el estudio y casi grita al ver a Don Massimo sentado en unas de las butacas luciendo completamente molesto viendo el escenario. Tenia un tipo de cadena en su mano que lo hacia lucir mucho más aterrador de lo que ya era.
Camina hacia el en silencio.
- Don Torriccelli- susurra Emilio viéndolo con cuidado- ¿Qué hace aquí?
El hombre no le responde, su mirada esta fija en el escenario. Como si no le importara irrumpir un lugar en el que claramente no debía estar.
- ¿Dónde está ella?
- No se a quien se refiere- responde el coreógrafo
Para nadie era una sorpresa que la ex esposa del hombre lo había abandonado por un conocido mafioso español. Luego de ese suceso Massimo se volvió mucho más sanguinario de lo que era.
- Está claro que hablo de la pequeña niña, de la bailarina
Emilio lleva su mano a su pecho suspirando aliviado. Pensaba que el hombre lo asesinaría, pero no se había obsesionado con la chica. Y no era para menos Sofia era un ángel.
- Debe estar por llegas, siempre le gusta practicar por si misma antes que sus demás compañeros, es demasiado exigente- responde viéndola
- Comienza a buscarle un remplazo y retírate- dice serio el italiano- ¿me entiendes?
- Un remplazo ... señor yo
- Tu harás lo que yo te digo- responde serio- ahora vete no me apetece estar cerca tuyo
El coreógrafo asiente saliendo, corriendo como si su vida dependiera de ello, su pequeña bailarina era espectacular, pero nada valía su vida.
