Massimo deseaba olvidar los errores de su pasado, así es como conoce a la bailarina de danza contemporánea, Sofia.
¿Pero ella seria suficiente para hacerlo olvidar a quien estaba acostumbrado a amar?
Saga chicas malas
Libro I: 90 días
Libro II: Ánge...
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"Puede ser ¿Que tu y yo seamos los afortunados?"
Sofia en el auto iba apoyada en la puerta, mientras llegaban rumbo al que era el hogar del hombre. El chofer la miraba de vez en cuando por el espejo retrovisor mientras ella bostezaba.
- ¿Volverás a tomar tus clases de baile?
- Eso creo- sonrie girando para ver a Massimo- ¿Por qué?
- ¿Sabes bailar tango?
La chica niega viéndolo
- Hoy te enseñare- sonrie acariciando su mejilla
- Creo que no soy buena desestresando gente- susurra en su oído lamiendo su lóbulo logrando que gruña mientras ría- se supone que deberías quedar agotado
Massimo niega besando su mejilla, ella se apoya en su abdomen mientras el contesta algunos mensajes.
Cuando llegan por fin a la mansión, Sofia baja con el de la mano y van hasta el salón de baile. El la hace girar mientras ella ríe.
- ¿Con tacones y vestido? - ríe ella viéndolo- ¿Así me enseñaras?
- Si- dice el acariciando su muslo- vamos pequeña, te enseñare lo básico cielo
- Lo sigo señor.
Luego de una hora enseñándole los pasos de baile la chica se movía con maestría riendo cuando él la hace girar, quizás no era un buen maestro después de todo. Ella ve su teléfono que recibe una llamada entrante, se disculpa corriendo hasta donde estaba su bolso de mano, se arrodilla buscando el aparato y se tensa al ver el nombre de su mejor amiga así que cuelga.
- ¿Te parece una canción lenta? - dice viéndolo- creo que me quedo claro como es el tango.
- Elígela- sonrie el viendo como ella conecta a los parlantes su teléfono y coloca en reproducción Falling de Harry Styles, ella se acerca a el poniendo sus manos en su cuello.
Massimo la acerca a su cuerpo mientras besa su cabello poniendo sus manos en su cintura.
- Siempre fue mi canción favorita- susurra- pero esta vez será diferente, porque solo la bailare contigo
El acaricia con sus nudillos su mejilla mientras la mira.
- El dinero que me diste se lo pase una amiga, solo le paso a papá lo justo... no quiero pensar mal de ella, pero su novio es un perdedor y apostador. ¿Supongo que no podemos confiar en nadie no?
